¿Cómo librarse de las tarjetas de crédito?

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Notícies :: corrupció i poder
¿Cómo librarse de las tarjetas de crédito?
per Ibérica 2000	30 oct 2004
¿Cómo librarse de las tarjetas de crédito? VIVIMOS ESCLAVOS DE LAS TARJETAS Y LOS TELÉFONOS... ¿PARA QUÉ TANTAS TARJETAS Y DEUDAS? El uso de las tarjetas de crédito se está convirtiendo en un verdadero dolor de cabeza para muchas familias hispanas de nuestros días. Las deudas y tarjetas se acumulan; y juntamente con ellas, tensiones familiares y personales. http://www.iberica2000.org/Es/Articulo.asp?Id=1900
¿Cómo librarse de las tarjetas de crédito? VIVIMOS ESCLAVOS DE LAS TARJETAS Y LOS TELÉFONOS... ¿PARA QUÉ TANTAS TARJETAS Y DEUDAS? El uso de las tarjetas de crédito se está convirtiendo en un verdadero dolor de cabeza para muchas familias hispanas de nuestros días. Las deudas y tarjetas se acumulan; y juntamente con ellas, tensiones familiares y personales. http://www.iberica2000.org/Es/Articulo.asp?Id=1900 Los pasos para romper las cadenas de plástico de la servidumbre financiera -¿Cómo se conjuga el verbo «tarjetear»? -Se conjuga: Yo debo, tú debes, él debe... El uso de las tarjetas de crédito se está convirtiendo en un verdadero dolor de cabeza para muchas familias hispanas de nuestros días. Las deudas y tarjetas se acumulan; y juntamente con ellas, tensiones familiares y personales. Los compromisos contraídos con tarjetas de crédito en Estados Unidos se han cuadruplicado desde el año 1986 y ahora están llegando a América Latina en abundancia con sus bendiciones y maldiciones. La deuda de los consumidores norteamericanos ha llegado a un billón de dólares. Para tener una idea de la seriedad del asunto: si colocáramos billetes de cien dólares, uno encima del otro, con un billón de dólares haríamos una columna de unos ¡cien kilómetros de alto! De acuerdo a las últimas informaciones recibidas en nuestras oficinas de Conceptos Financieros Cristianos, una familia promedio en Estados Unidos tiene alrededor de once tarjetas de crédito y una deuda de ¡más de diecinueve mil dólares! ¿Y cómo andamos los latinos? No mucho mejor que los «gringos». El crédito fácil ha sido un veneno para muchas de nuestras familias. Por un lado, porque muchos de nosotros crecimos en un pasado donde tener crédito era sólo cosa de ricos, y entonces nunca aprendimos a manejarlo. Por el otro, las oficinas de mercadeo en estos días promueven la idea de «téngalo ahora y pague después»: una filosofía de consumo peligrosa. A pesar de los problemas que nos ha traído el aumento de las deudas entre nuestra comunidad (tanto dentro como fuera de la iglesia), es importante aclarar que la Biblia nunca estipula que el pedir prestado sea pecado. En realidad, en el libro de Deuteronomio Dios mismo establece las reglas sobre cómo pedir prestado y pagar las deudas. Sin embargo, el concepto de la deuda tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento nunca está asociado a un concepto positivo. Por ejemplo, Proverbios 22:7 dice que «...el que toma prestado es siervo del que presta» y si usted no lo cree, deje de hacer dos o tres pagos de la cuota de su automóvil y ¡verá quién es realmente el dueño! Dios no desea que su pueblo le sirva a nadie más que a Él. Así que, antes de «tarjetear», tome en cuenta estos principios económicos para no tener jamás problemas con el uso de su crédito: 1. Nunca compre con la tarjeta algo que no esté presupuestado. Cuando se encuentra frente a la posibilidad de una compra, considere si lo que va a comprar está dentro de su presupuesto familiar. Si no está dentro del plan económico de la familia, dé media vuelta y márchese. El único problema que este principio trae asociado es que muestra una realidad en nuestra vida como latinoamericanos: ¡primero debemos aprender a presupuestar! Nunca desvista a un santo para vestir a otro. Si usted está comprando a crédito comida, ropa y otras necesidades básicas de su familia, es que usted ya se ha gastado ese dinero en alguna otra cosa. Pregúntese: ¿por qué no tenemos el dinero disponible? La mayoría de las veces es porque la familia ha pasado por una crisis financiera, y en el banco no había suficiente dinero ahorrado para solventarla. Su familia debería tener, por lo menos, dos o tres meses de sueldo ahorrados en efectivo o en una cuenta bancaria a la que usted pueda acceder inmediatamente. Comience hoy mismo a ahorrar, aunque sea unos pocos pesos por mes («algo» es siempre mejor que nada). La gente dice: «Fue una situación inesperada». Pero lo inesperado no sería tan «inesperado» si lo estuviéramos esperando. Espere las crisis económicas. Vendrán como llegan las tormentas en el mar: rápidamente y de dónde menos se espere. La Biblia nos dice que tenemos que aprender de la hormiga y no ser perezosos: en el verano de nuestra vida debemos juntar para los inviernos (Pr. 6: 6-11). El problema es que algunos hermanos un tanto holgazanes prefieren escudarse en una interpretación mediocre de las Escrituras y dejan que el «mañana traiga su propio afán». Usted puede estar absolutamente seguro que estos hermanos «fiestasiesta» ¡se afanarán (y en gran manera) cuando les llegue el día de mañana! 2. Comprométase delante de Dios a pagar cada mes el 100% del saldo de la tarjeta de crédito. Tome ese compromiso hoy mismo. Aunque ya tenga muchas deudas con su tarjeta de crédito, prométale al Señor que cuando llegue fin del mes usted pagará todo lo que cargó en la tarjeta durante el mes y, además, los intereses correspondientes. De esa manera, usted se asegurará de no caer en deudas cada vez mayores. En el día de hoy, con el alto interés que están cobrando las tarjetas y lo pequeño que es muchas veces el pago mínimo, si usted sólo hace ese pago no saldrá fácilmente de su compromiso. Aún más: en ciertos casos específicos, si usted hace el pago mínimo de su tarjeta, en realidad no sólo no avanzará en la reducción de su deuda sino que ¡continuará hundiéndose! 3. Comprométase a no usar más su tarjeta de crédito. Si usted hizo ese compromiso ante Dios y, de pronto, hay un mes en que no puede cumplir con su promesa, entonces aplique este tercer principio que, en realidad, es una buena forma de practicar sus habilidades como chef... Esta es una receta de cocina que me pasaron hace algún tiempo: a. Caliente el horno a fuego moderado hasta llegar a los 170* C. b. Prepare una bandeja para pizza y úntela con aceite o mantequilla. c. Coloque sus tarjetas en la bandeja y la bandeja en el horno durante 15 minutos. d. Llame a la compañía que le envía las tarjetas y dígales que no quiere que le manden ningún reemplazo. No se sienta mal. Lo que sucede es que ciertos tipos de personalidad simplemente manejan mejor los conceptos y las ideas concretas. Esas personas (entre ellos tengo algunos muy buenos amigos) no debieran manejar un concepto abstracto como el concepto del crédito. «Tarjetear» no es para usted. Maneje dinero en efectivo. Si en su vida financiera usted cumple estos tres simples principios económicos, nunca tendrá problemas con este tipo de deudas y desde ahora podrá comenzar a conjugar el verbo «tarjetear» de una manera totalmente diferente. Andrés G. Panasiuk es licenciado en Ciencias de la Comunicación Social, con especialización en Comunicación Interpersonal y de Grupo. Es director para América Latina de Conceptos Financieros Cristianos. Vive en Gainesville, Georgia, con su esposa Rochelle y sus dos hijas: Gabriela y Danielle. Fuente: http://tabloide.eurofull.com/shop/detallenot.asp?notid=383 Autosuficiencia - Revista Digital Enlace de interés: ¿Es posible vivir sin dinero? http://www.iberica2000.org/Es/Articulo.asp?Id=1885 http://www.iberica2000.org/Es/Articulo.asp?Id=1900
Mira també: http://www.iberica2000.org/Es/Articulo.asp?Id=1900 http://www.iberica2000.org/Es/Articulo.asp?Id=1885
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Comentaris

Re: ¿Cómo librarse de las tarjetas de crédito?
per Ibérica 2000	30 oct 2004
Â¿Es posible vivir sin dinero? (1885) VIVIR BIEN SIN DINERO, ES POSIBLE... Vivimos para consumir y acumular todo tipo de objetos y emociones. Hemos olvidado (o pretenden que olvidemos) ciertas pequeÃ±as certezas... Vivir bien es posible, incluso sin tener lo Ãºltimo en tecnologÃa o viajar al paÃs de moda en temporada alta... UN MUNDO SIN DINERO. Robert Kurz. El pensamiento utÃ³pico siempre jugÃ³ con la idea de abolir el dinero. Pero ese pensamiento normalmente no fue lejos, pues el dinero es solo la superficie de una determinada forma social. El dinero, como dice Marx, es la manifestaciÃ³n de una entidad social, a saber, del "trabajo abstracto" y del valor (de la valorizaciÃ³n). Sin embargo, quien quiera abolir solo la manifestaciÃ³n superficial, sin llegar al fondo de la entidad subyacente, traerÃ¡ mÃ¡s desgracia que liberaciÃ³n. Imagen extraÃda de... (Enlace...) En un sistema de producciÃ³n de mercancÃas en economÃa empresarial, habiendo alcanzado el dinero su funciÃ³n reguladora o incluso habiendo sido totalmente abolido, en su lugar solo puede surgir una burocracia totalitaria. En la historia reciente, el rÃ©gimen de Pol Pot hizo realidad las horribles consecuencias de esto; pero tambiÃ©n los regÃmenes desarrollistas del socialismo y del capitalismo de estado tenÃan ya elementos de ello. Otras formas de aboliciÃ³n del dinero, como por ejemplo los cÃrculos de trueque, no solo tienen que prescindir de las ventajas de una socializaciÃ³n en alto grado, sino que ademÃ¡s solo pueden traer subrogaciones del dinero (vales de servicio etc.) y al final tienen que fallar como es precisamente de nuevo el caso en Argentina. AutÃ³matas. Irene LÃ³pez GonzÃ¡lez (MÃ¡laga). La idea es que todos los muÃ±equitos de la izquierda estÃ¡n alienados como lo estamos todos en esta sociedad consumista, El muÃ±equito de la derecha es feliz porque es libre. Imagen extraÃda de... (Enlace...) De un modo general esto se vio claro en la medida en que tambiÃ©n asÃ se agotaba la energÃa utÃ³pica. Bajo el dominio mundial del radicalismo econÃ³mico neo-liberal, la subjetividad del dinero es mÃ¡s incuestionable que nunca, incluso en el interior de los barrios de miseria. Pero, paradÃ³jicamente, el propio capitalismo comienza ahora a abolir el dinero. No solo en el sentido superficial, tecnolÃ³gico, de que surja en lugar del papel-moneda el registro de escritura electrÃ³nico desmaterializado y el banco vÃa Internet ("electronic banking"), tal como antes el papel-moneda habÃa substituido a los metales preciosos; pero mÃ¡s en el sentido de que, con la crisis de la tercera revoluciÃ³n industrial, cada vez mÃ¡s personas caen en gran parte fuera de la economÃa monetaria diariamente. En las regiones mundiales desconectadas el cÃrculo del dinero se reduce dramÃ¡ticamente. De este modo, en el interior del Brasil puede suceder tener que atravesar la mitad de una poblaciÃ³n, hasta conseguir que un tendero te cambie un billete de una cantidad nunca vista de 20 euros. La mitad de los sudafricanos adultos no tienen cuenta bancaria. 2.800 millones de seres humanos, casi la mitad de la humanidad, disponen de menos de 2 dÃ³lares por dÃa. Hace mucho que esta tendencia se extiende por occidente. En los EUA cada vez mÃ¡s trabajadores a tiempo completo caen bajo el lÃmite de la pobreza, al mismo tiempo que quien paga con billetes o monedas en lugar de con tarjetas de crÃ©dito ya es considerado casi un sujeto sospechoso. Y aquÃ en este paÃs es sabido que los bancos solo de mala gana abren una cuenta a los destinatarios de ayuda social. En muchos paÃses occidentales se extiende un nuevo fenÃ³meno de masas: quien no tiene cuenta bancaria, en la mayor parte de los casos tampoco tiene seguro de enfermedad y mucho menos telÃ©fono, y ya no hablemos de Internet. En las tiendas de rebajas baratas hay gente haciendo cuentas en "compras" rigurosamente al cÃ©ntimo. En medio de la economÃa monetaria, en apariencia totalmente electrÃ³nica, una parte cada vez mayor de la sociedad se "desmonetariza". A las gigantescas burbujas de deudas se contrapone una economÃa de â��perra gordaâ�? (diez cÃ©ntimos antiguos, NDT) en rÃ¡pido crecimiento. Este aspecto de la crisis del dinero, que en realidad es una crisis del "trabajo abstracto", si es posible es ignorado en el debate. Pero la administraciÃ³n capitalista de la crisis reacciona frente a la reducciÃ³n del cÃrculo general del dinero de forma no muy diferente a la de los regÃmenes socialistas de estado y de las utopÃas totalitarias, particularmente con las impertinentes exigencias burocrÃ¡ticas a las personas involuntariamente "desmonetarizadas". Al mismo tiempo, las ideologÃas de crisis racistas y antisemitas de "dinero bueno y honrado" para "trabajo bueno y honrado" chocan con un clima de angustia del dinero, en vez de avanzar hacia una crÃtica emancipadora del sistema. Quien lo hubiera pensado: el capitalismo comienza a volverse una utopÃa negativa. Original alemÃ¡n Eine Welt ohne Geld. Publicado en Neues Deutschland - 15 de noviembre de 2004. InformaciÃ³n extraÃda de: * Original alemÃ¡n... * Original portuguÃ©s... * TraducciÃ³n al espaÃ±ol. Contracorriente. m.vallseca ARROBA telefonica.net POBRE POR VOCACIÃ�N \| HEIDEMARIE SCHWERMER. Vivir bien sin dinero es posible... ANA ALONSO MONTES. Feliz. Heidemarie Schwermer, psicoterapeuta de 60 aÃ±os, lleva seis viviendo sin dinero y sin renunciar al bienestar de una sociedad como la alemana. Â«He cumplido todos mis sueÃ±os sin Ã©lÂ», asegura convencida. Dispone de un ordenador, usa un mÃ³vil y viste con sencillez, pero con elegancia. ComenzÃ³ su experimento en 1996, despuÃ©s de crear en 1994 una sociedad de intercambio, y lo que iba a ser una etapa de un aÃ±o en su vida se ha convertido en su forma de estar en el mundo. Hace un aÃ±o publicÃ³ en Alemania un libro en el que resumÃa su experiencia, Mi vida sin dinero, que maÃ±ana lunes llega a las librerÃas espaÃ±olas editada por Gedisa. Para hacerse a la idea de lo complejo que resulta vivir sin dinero en nuestros dÃas, aunque sea por elecciÃ³n, como es el caso de Heidemarie, piense cuÃ¡ntas veces ha pagado con euros por algÃºn bien o servicio a esta hora del dÃa. Â¿CÃ³mo es posible entonces comunicarse con el mundo por e-mail, usar un mÃ³vil o vestir decentemente sin gastar un euro? Â«Puedo vivir asÃ gracias a los contactos.Mucha gente me conoce, entiende mi proyecto y quiere ayudarme. SÃ© dÃ³nde voy a dormir en las prÃ³ximas semanas, tengo un refugio por si me fallan las previsiones y nunca me falta para comerÂ», explica en su bastiÃ³n de Dortmund, un centro cultural llamado Wissenschaftsladen que fue fundado en 1983 por un grupo de estudiantes. AllÃ le dejan dormir, ducharse o usar el ordenador a cambio de cocinar para los jÃ³venes que pasen por el recinto. Â«No empleo mucho tiempo en la cocina. Suelo utilizar lo primero que encuentro, verduras variadas, las echo a la la sartÃ©n y hago lo que salgaÂ», dice. ASESORA. Duerme en el piso superior, donde ayuda a quien lo necesita con sus prÃ¡cticas terapÃ©uticas. Â«Antes asesoraba a gente con mucho dinero, pero no estaba satisfecha con mi trabajo. Ahora ayudo a quien viene a verme. A veces me dan algo a cambio, pero no siempre es asÃÂ», cuenta quien entre sus pertenencias (un par de faldas, tres jersÃ©is, dos pares de zapatos y dos prendas de abrigo) tiene algÃºn que otro producto cosmÃ©tico. Asegura que en sus primeros tiempos pasÃ³ hambre, pero siempre que necesita algo lo desea con fuerza y termina apareciendo.Mantiene que un Â«Ã¡ngelÂ» cuida de ella y que Â«se siente guiadaÂ». Todo comenzÃ³ cuando vio cÃ³mo funcionaba la sociedad de intercambio Da y Toma de Dortmund. DecidiÃ³ lanzarse a la aventura en solitario y vivir un aÃ±o sin blanca. Lo primero era encontrar dÃ³nde dormir, ducharse y cÃ³mo conseguir la comida. Al principio recurriÃ³ a casas de amigos que se iban de vacaciones por temporadas largas. Ella, a cambio de cuidarles la vivienda, regar las plantas o bien ocuparse de los animales, disfrutaba de una cama cÃ³moda y a veces hasta de una nevera repleta. Â«En realidad, no echo nada de menos, porque si lo hiciera volverÃa a usar el dinero.No hago esto como un sacrificioÂ», reconoce. Heidemarie es madre de dos hijos adultos que sÃ³lo al principio se preocuparon por el arriesgado experimento de su madre. Â«Ahora ya estÃ¡n mÃ¡s tranquilos porque saben que me organizo bienÂ», aÃ±ade. Desde hace un aÃ±o, cuando publicÃ³ su libro en Alemania, todavÃa es mÃ¡s conocida, lo que facilita su red de contactos. Los ingresos por la publicaciÃ³n del libro, unos 20.000 marcos (10.000 euros), que recibiÃ³ en dos cheques, los fue regalando a gente necesitada: sin techo, madres solteras o trabajadores sociales. REGALOS. En su monedero guarda el pasaporte, el carnÃ© de conducir y otra documentaciÃ³n. Ni un solo euro, aunque sabe que los precios han subido con la nueva moneda y que dos marcos equivalen a un euro. Â«Mi vida ahora es mÃ¡s libre. No tengo nada fijo. Voy cambiando la ropa segÃºn me la van regalando o encuentro algo que me gusta.Nunca sÃ© lo que me va a deparar el dÃa cuando me levantoÂ», relata. Lo suyo, pese a todo, no es la vida contemplativa. Se levanta hacia las siete de la manaÃ±a, un par de veces a la semana acude a la tienda de productos biolÃ³gicos donde le suministran alimentos sobrantes o con mal aspecto, da conferencias, imparte sesiones de terapia, acude a seminarios... Si quiere cortarse el pelo puede elegir entre tres peluqueras que estÃ¡n encantadas de recibirla. Tampoco se priva de ir al cine y para ello se lo propone a alguien que, por ejemplo, necesite que le cuide una tarde los niÃ±os a cambio. Â«Cuando quiero algo pienso cÃ³mo conseguirlo, quiÃ©n lo tiene y quÃ© puede necesitar que yo le pueda darÂ», seÃ±ala. Â«Mi actividad, que tiene como misiÃ³n llamar la atenciÃ³n sobre la injusticia, es mi vocaciÃ³n. No necesito vacaciones. Ã�se es uno de los errores de nuestra sociedad, que separa ocio y trabajo, porque la mayorÃa hace algo que no le gusta sÃ³lo por ganar dinero y gastarlo en cosas que no necesitaÂ», expone. Confiesa que no busca seguidores, sino que quiere invitar a reflexionar a la gente: Â«Ã�ste es mi camino, pero no es un camino de masas.Para muchos en esta sociedad uno vale lo que gana. Yo creo que todos los trabajos son igualmente dignos. Es posible no tener nada y valer mucho. Ã�se es mi mensajeÂ». * InformaciÃ³n extraÃda de... ---------------------------------------------------------------------------------------------------- "Soy mÃ¡s feliz como mujer y me siento mÃ¡s libre ahora que vivo sin dinero porque tengo lo que quiero" Extracto de... ENTREVISTA: La alemana Heidemarie Schwermer no lleva ni un euro encima. Cuando cumpliÃ³ cincuenta y ocho aÃ±os decidiÃ³ que todas sus pertenencias cabrÃan en su bolso de mano; dejÃ³ su piso, su trabajo como psicoterapeuta, renunciÃ³ a la segundad social, regalÃ³ su coche, sus libros y cancelÃ³ todas sus cuentas. No tiene nada y, sin embargo, se considera tremendamente rica: una mujer libre y feliz. Vivir sin dinero no es una pose hippy es la conclusiÃ³n a la que ha llegado en su vida una mujer serena y luchadora que presta asesoramiento o cocina a cambio de techo y comida. FundÃ³ el primer trueque en Alemania y es autora de un manual de supervivencia, una crÃtica feroz al capitalismo neoliberal Ana Ibarra - Diario de Noticias de Pamplona. "SOY MÃ?S FELIZ COMO MUJER Y ME SIENTO MÃ?S LIBRE AHORA QUE VIVO SIN DINERO PORQUE TENGO LO QUE QUIERO" Ana Ibarra - Diario de Noticias de Pamplona Es una europea alemana que no conoce los euros. Hace siete aÃ±os que vive sin dinero. DespidiÃ³ de su cartera esas tarjetas de plÃ¡stico que nos recuerdan que todo el dinero lo controlan los bancos. Voluntariamente eligiÃ³ una nueva vida "nÃ³mada" y "aventurera" que le ha dado felicidad y libertad, y dice que amor no le falta. Bajo el lema "No tener nada y ser mucho" Heidemarie propugna es ejemplo, sin necesidad de apologÃa, de una nueva Ã©tica personal basada en la solidaridad, la libertad y la justicia. El viernes ofreciÃ³ una charla en Pamplona invitada por el Centro de AtenciÃ³n a la Mujer Andrea. Esta postura suya tan antisocial y antisistema la toma con 60 aÃ±os, digamos que despuÃ©s de haber saboreado esa sociedad consumista y materialista que ahora censura... No es una actitud antisocial. Yo siempre he pensado que el mundo que hay no me gusta, el sistema en el que nos movemos no funciona porque la diferencia entre pobres y ricos crece, hemos alterado el clima de la tierra... Yo creo que asÃ no podemos seguir. Y reflexionÃ© sobre lo que podÃa hacer como persona individual. Â¿Quiere decir que ese inconformismo ha sido una constante en su vida? De hecho, cuando trabajaba como profesora en la escuela, tenÃa muchos ideales y no podÃa llevar a cabo mis proyectos. Por eso lo dejÃ©. En la escuela no se tiene tiempo para enseÃ±ar otra cosa que no sean las materias obligatorias. Yo pensaba que podÃa educar en otro sentido, pero no fue asÃ. Yo no podÃa cambiar el mundo y empecÃ© por el mÃo. Hice otras cosas y mi Ãºltima profesiÃ³n fue como psicoterapeuta. TenÃa una consulta y mi situaciÃ³n econÃ³mica era inmejorable. VenÃa gente con mucho dinero porque los pobres no podÃan pagarme y yo necesitaba el dinero asÃ que no podÃa escoger. En esa ciudad tambiÃ©n existe pobreza. Se encontrÃ³ entonces con todos los demonios y secuelas psicolÃ³gicas que habÃa creado esa sociedad tan competitiva... Tengo dos motivos para haber dado este paso. Uno es la pobreza que existe en el mundo y el otro es la pobreza del alma. La gente estÃ¡ aislada, vive sola, no sabe cÃ³mo acercarse al otro, y yo detectÃ© en mi profesiÃ³n como psicoterapeuta estos problemas de comunicaciÃ³n. PsicÃ³loga, Â¿cÃ³mo afecta esa soledad a cada gÃ©nero? Las mujeres han logrado trabajar, pero tambiÃ©n tienen hijos y llevan el peso de la casa. Su trabajo es ingente. Y los hombres apenas han cambiado, apenas colaboran. Y la mayorÃa viven solas sin marido. Hay mucha madre soltera y separada porque no quieren aceptar esa dependencia del hombre. Yo me divorciÃ© cuando tenÃa los niÃ±os muy pequeÃ±itos. Ahora tienen 34 y 33 aÃ±os, ven que estoy bien y me comprenden. Se alegran mucho cuando voy a dormir a casa de amigos porque hago muchas cosas para ellos. Si una madre tiene problemas con sus hijos, por ejemplo, hago de mediadora. "Ofrezco tranquilidad y eso se agradece mucho" Usted ha vivido ademÃ¡s la unificaciÃ³n de las dos Alemanias, la convivencia de dos modelos culturales diferentes... Conviven las dos Alemanias, el muro no existe pero es un muro invisible. Tengo ideas para la Alemania del este, son proyectos sin dinero Â¿CÃ³mo se le ocurriÃ³ montar un trueque? Un dÃa tuve noticias de un proyecto de trueque que se organizÃ³ en CanadÃ¡. PensÃ© en hacerlo en Dortmund, la ciudad donde ahora vivo. La gente acogiÃ³ con total entusiasmo la idea y se fundÃ³ el primer cÃrculo de intercambio. Fue uno de los primeros en Alemania y ademÃ¡s tuve la complicidad de los medios de comunicaciÃ³n. Â¿CÃ³mo funciona? EmpecÃ© en mi casa y le puso de nombre Dar y Tomar. Se intercambia de todo, productos y servicios sin que medie dinero: un corte de pelo, por ejemplo, por una clase de matemÃ¡ticas. Al principio, la gente no confiaba en el trato con gente desconocida. A mÃ me molestaba mucho y quise demostrarles que era viable. Se necesita corazÃ³n. Primero me planteÃ© vivir sin dinero. Y me puse como meta un aÃ±o. Â¿Y cÃ³mo se equiparan las horas de trabajo de oficios con diferente grado de responsabilidad y cualificaciÃ³n? En mi trueque hemos hecho equivalencias de horas para todo; da lo mismo que uno limpie, que uno preste asesoramiento... Yo prefiero dar consejo que limpiar, pero es verdad que me enojaba reconocer que a algunas tareas como la limpieza o el cuidado de la casa y de los niÃ±os no se les diera ningÃºn valor. Por eso introduje el criterio de igualdad en las actividades. Una hora de atenciÃ³n mÃ©dica es lo mismo que pasear al perro. Tenemos personas de todas las edades y profesiones. Somos 300 personas. Â¿A muchos profesionales en activo seguro que no les interesarÃa en principio este modelo salvo que estuvieran parados...? Es cierto que creÃan que su trabajo tenÃa otra relevancia, pero tambiÃ©n es verdad que las mujeres trabajan muchÃsimo y la sociedad no lo reconoce cuando en realidad es una funciÃ³n necesaria y que requiere mucho mimo. Â¿CuÃ¡l era su funciÃ³n? Me dedicaba a organizar y dirigir el trueque. TambiÃ©n llevaba la consulta en aquel momento. Las personas me daban comida y me cortaban el pelo, y yo me dÃ cuenta de que no necesitaba tanto dinero. EmpecÃ© a dejar clientes hasta abandonar mi trabajo. Un dÃa una persona conocida se fue a AmÃ©rica para tres meses y me ofreciÃ³ cuidar la casa. AhÃ empezÃ³ todo. Â¿DÃ³nde estÃ¡n sus cosas? He dejado todo lo que tenÃa a otras personas. Mis objetos, mi coche, mi ropa... Mi dinero para mis hijos, y la casa estaba alquilada. No tengo ni seguro mÃ©dico. Â¿QuÃ© tiene o quÃ© le queda? Ahora no tengo nada. Soy una persona sin techo, pero ante todo una persona libre. Â¿Y si se pone mala? Tengo una amiga mÃ©dico pero no quiero ir. Nunca los he necesitado porque yo me curo a mÃ misma. Â¿Quiere decir que lleva una vida sana? Claro, pero siempre. Mi vida es una evoluciÃ³n. Tuve reuma y ahora la he superado gracias a la alimentaciÃ³n. Como frutas por la maÃ±ana para depurar... En esta sociedad donde lo viejo se desecha y se incita al consumo desaforado, donde el dinero corrompe las conciencias, sostiene las guerras y fomenta las desigualdades, usted ha montado una isla para la utopÃa. Â¿No cree? Muchas de las cosas que tenemos son inÃºtiles. Trabajamos para tener. Todo lo que me llega a mÃ y no lo necesito, lo regalo a otros. No me gusta tener demasiadas cosas. Yo querÃa hacer mi experimento para un aÃ±o, lo que pasa es que he notado que el dinero es malo porque nunca es bastante. Uno siempre quiere tener mÃ¡s. Los millonarios tambiÃ©n. Y, sin embargo, yo ahora sÃ© que cuando tengo hambre como y estoy satisfecha. No quiero mÃ¡s. Es una diferencia muy grande. La calidad de mi vida es mayor desde que no tengo dinero. Ã�sta fue mi voluntad y la lleve adelante porque creÃa en ello. Nunca me he sentido pobre. Yo creo que cada persona puede evolucionar. El ser humano no es malo. Sus hijos son grandes y no tiene que atender a sus padres, pero cualquier persona no se puede permitir no tener un trabajo, una estabilidad econÃ³mica... Hay unas letras de un piso que atender, unos gastos fijos... Yo siempre digo que no trato de convencer a nadie. SÃ³lo quiero dar impulsos, no se trata de que me copien. No se trata de que desaparezca el dinero sino que las personas cambien sus conciencias, que se den cuenta que el mundo en el que vivimos no es el mejor. Somos una masa dirigida y la gente no busca su felicidad dentro de sÃ mismo. Esta alternativa a la vÃa de consumo tradicional en algunos paÃses como Argentina se convierte en la Ãºnica opciÃ³n de supervivencia. Los principales beneficiarios de estos puntos de trueque son ancianos, parados o amas de casa que pueden obtener huevos frescos diariamente a cambio de la reparaciÃ³n de un coche, o un corte de pelo a cambio de una clase de inglÃ©s. En Argentina ahora existe una gran pobreza y los trueques funcionan muy bien porque hay una necesidad. Pero es mejor cuando los cambios tienen su origen en la conciencia y no en la necesidad porque cuando vuelve el dinero, todo cambia. Â¿Cree que es posible vivir en una sociedad mÃ¡s solidaria cuando son las multinacionales son las que dirigen las economÃas? SÃ, se puede vivir sin apoyar ese sistema. En el fondo cada uno sabe lo que realmente necesita. Son opciones personales. El primer paso debe ser saber que el sistema capitalista no puede funcionar mucho mÃ¡s tiempo. Â¿Se considera una persona de izquierdas, sintoniza con modelos mÃ¡s socializadores? No me encasillo. Claro que tengo ideas comunistas, budistas y cristianas. Creo en Dios. Es verdad. La gente puede vivir con amor y solidaridad, pero como individualidad voluntaria en la sociedad. Â¿No pertenece a ningÃºn colectivo o movimiento? No. Yo tengo muchas oportunidades de hablar a la gente, no sÃ³lo a travÃ©s de charlas, sino en televisiÃ³n, y mi mensaje sÃ© que va calando... Â¿No quiere ser ideÃ³loga de un nuevo partido polÃtico? Creo que el modelo de los partidos polÃticos estÃ¡ caducado, lo de marcar el camino para la colectividad. Es tiempo de que el individuo sea fuerte y elija su opciÃ³n de vida de forma voluntaria, que crea en su propia potencialidad. Es la gente la que demanda un tipo de gobierno, un modelo de televisiÃ³n, etcÃ©tera. Son libres para elegir. Hasta ahora predominaba el camino masculino, con una mente rÃgida donde tiene cabida la guerra y la violencia. Una mujer no pone bombas. Es necesario que el lado femenino decida sobre un nuevo mundo Pero lo cierto es que las mujeres vivimos mÃ¡s esclavas de la imagen y del consumo. Â¿Es usted feminista? No. Soy mujer. Este mundo es todavÃa un mundo de hombres, pero en Ã©l empiezan a asomarse las mujeres fuertes. Hay muchas y con mucha energÃa, y saben crear nuevas formas de vida y de relaciÃ³n. Â¿Trabajamos para tener? Separamos ocio y trabajo, trabajamos para tener dinero y acumular cosas Â¿Hasta cuÃ¡ndo va a seguir? Voy para el sÃ©ptimo aÃ±o y sigo. Â¿QuÃ© aÃ±ora del pasado? Nada. Tengo una vida aventurera. Cada dÃa he hecho una charla y dos entrevistas. Soy una nÃ³mada. Â¿CÃ³mo es un dÃa cualquier en la vida de Heidemarie? Tengo una oficina en Dortmund. Yo no hago cosas con el trueque. Hago mi trueque aparte. Tengo un correo electrÃ³nico e Internet y a cambio cocino cada dÃa para mÃ y para un grupo de gente de cinco personas. Doy consejos a gente por Internet sobre temas terapÃ©uticos u otros problemas, pero no cobro nada, yo recibo lo que necesito por otro lado. Vivo en una Casa de Cultura (una especie de gaztetxe autogestionado que no depende de la AdministraciÃ³n) donde trabajan diferentes grupos. La comida viene de una tienda biolÃ³gica. Puedo dormir allÃ si no tengo otro techo. Duermo con amigas y tengo al menos diez oportunidades cada noche. Â¡SerÃ¡n buenas amigas! Â¿No le preocupa poder molestarles en su vida privada? No hace falta tener una relaciÃ³n muy estrecha para encontrar un techo (Heidemarie mira a una de las mujeres de Andrea que le acompaÃ±an y que la ha ofrecido su casa). Es mucho mÃ¡s fÃ¡cil. He conocido a mucha gente. Tampoco paga tampoco impuestos. Â¿Es insolidaria? No, yo contribuyo a mejorar la vida de los demÃ¡s de otra manera. Â¿Entonces, anarquista? SÃ, y me gusta. HISTORIA. UNA VIDA FIEL A UNOS IDEALES. NaciÃ³ en 1942 en Memel, Prusia. Hija de una familia de refugiados de la II Guerra Mundial, tenÃa sÃ³lo dos aÃ±os cuando su familia se vio obligada a huir al oeste. Aquel hecho le marcÃ³ para siempre. "Ã�ramos una familia de comerciantes y tuvimos que empezar de cero, pasando muchas penurias...". Tras finalizar los estudios de Magisterio obtuvo su primer trabajo como profesora de primaria en Kiel. El hecho de no poder llevar adelante sus "ideales" pedagÃ³gicos le hicieron abandonar esta profesiÃ³n y trasladarse a Lunenburg, donde estudiÃ³ PsicologÃa y SociologÃa. AllÃ se especializÃ³ en psicoterapia gestÃ¡ltica y abriÃ³ su propia consulta en Dortmund, en la cuenca del Ruhr. En los aÃ±os sesenta se separÃ³ del padre de sus hijos tras una breve y traumÃ¡tica convivencia. Desde entonces no le ha vuelto a verlo. Supo educar a sus dos hijos que han conocido a una mujer que ha luchado por una vida mejor y ha cultivado la filosofÃa del vales lo que eres no lo que tienes. Ambos viven hoy en comunas, sin profesiÃ³n y casi sin estudios, aunque no se siente responsable del camino que han seguido, como tampoco quiere que dependan de ella. En 1994 fundÃ³ un centro de intercambio en esta ciudad y dos aÃ±os mÃ¡s tarde donÃ³ todos sus bienes y se comprometiÃ³ a no volver a utilizar el dinero. Un armario en casa de unos amigos guarda su ropa y algunos recursos personales. Su imagen no es la de una mendiga. Viste con sencillez y elegancia y luce un collar y pendientes de perlas verde. Se trata de ropa regalada, obtenida a travÃ©s del trueque y algÃºn que otro regalo. Es vegetariana. Un zumo de tomate le acompaÃ±a durante la entrevista, y elige para comer ensalada y menestra. No prueba el cafÃ© ni el vino, y reconoce que el yoga es uno de sus secretos para mantenerse tan fresca. Entre risas, le confiesa a Rosa, de Andrea, que es una mujer rica porque posee una vivienda (en Alemania la cultura del alquiler estÃ¡ mÃ¡s arraigada). ** En su libro "Mi vida sin dinero" (20.000 ejemplares en Alemania y editado en castellano por la editorial Gedisa), cuyos beneficios donarÃ¡ a una entidad benÃ©fica, relata momentos de soledad y crisis, sobre todo al sentirse una mendiga a la hora de tener que pedir un favor a alguien. Se ha dedicado al cuidado de casas, niÃ±os y mayores, ha limpiado y cocinado, ha impartido conferencias, cursillos terapÃ©uticos... Ha viajado por varios paÃses de Europa invitada por diferentes asociaciones, y en Navarra, parÃ³ en Estella y Pamplona. Domingo, 10 nov. 2002 NÃºm. 2314 * Recomendamos visitar y leer la interesante pÃ¡gina web... Consume hasta morir. ConsumeHastaMorir.com es una reflexiÃ³n sobre la sociedad de consumo en la que vivimos, utilizando uno de sus propios instrumentos, la publicidad, para mostrar hasta quÃ© punto se puede morir consumiendo. Este proyecto es un ejercicio de ironÃa que nos libera momentÃ¡neamente de la presiÃ³n que los distintos medios de comunicaciÃ³n ejercen contÃnuamente sobre los ciudadanos intentando vendernos de todo. AquÃ no vendemos nada, porque una mirada crÃtica debe ser gratis. Este eslogan, "consume hasta morir", un tanto tremendista, responde a una realidad social que llevamos tan inmersa en nuestro comportamiento que, a veces, ni nos damos cuenta de muchos hÃ¡bitos de consumo que repetimos, dÃa tras dÃa, hasta, como queremos manifestar, el lÃmite de nuestra existencia. El consumo es, evidentemente, inevitable, pues en la sociedad en la que nos encontramos tenemos una serie de necesidades que, lamentablemente, no podemos satisfacer sin entrar en el circuito comercial que lleva funcionando siglos, consistente en una adquisiciÃ³n de bienes y servicios a cambio de un valor contable universal, el dinero, que permite realizar estas transacciones de un modo normalizado. Ni siquiera una vida natural de subsistencia, cultivando y criando lo necesario para vivir, estÃ¡ exenta de cierto nivel de dependencia del entramado comercial. Lo malo es que, en los Ãºltimos tiempos, este sistema comercial, sobre todo en la llamada sociedad capitalista occidental (que, por cierto, es casi de distribuciÃ³n universal), se encuentra en una fase de desarrollo tan grande que se convierte, muy a menudo, en una obsesiÃ³n por vender y consumir y, en muchos casos, con una competencia brutal entre empresas (las hay con presupuestos mayores que los de paÃses enteros, tan grandes como Rusia, por ejemplo), y un crecimiento desproporcionado de las diferencias entre paÃses desarrollados (consumidores y explotadores de recursos) y los "en vÃas de desarrollo" (productores y explotados). La publicidad se encarga, de mostrarnos una realidad deformada, tratando de que el ciudadano consuma sin lÃmites, todo tipo de productos, sin reflexionar en los posibles impactos o perjuicios que puedan causarse a personas, al medio ambiente, a otras culturas, etc; el ciudadano feliz, desde pequeÃ±o hasta el final de sus dÃas, ha de consumir todo tipo de productos; hoy se vende y se consume absolutamente de todo: viajes, votos, salud, cuotas de pesca, agua, felicidad, sexo, seguridad, inversiones, deportes, aventuras, derechos, niÃ±os (tema controvertido de las adopciones), patentes sobre la naturaleza ... AsÃ el consumo se convierte en consumismo, es decir, en un desenfreno por comprar bienes y servicios que, en muchos casos, se acumulan sin una utilidad concreta ni mucho menos necesidad por parte del usuario pero que se nos venden con el fin de conseguir esa felicidad y confort anhelados y, como ya hemos comentado, lleva aparejado un deterioro de los medios en los que vivimos (aire que respiramos, agua que nos da vida, suelos contaminados), un agotamiento de recursos y la explotaciÃ³n de personas. Nuestro deseo es llamar la atenciÃ³n de los ciudadanos, en la medida de nuestras posibilidades, para que con un comportamiento adecuado en el dÃa a dÃa se consolide en nuestra sociedad una cultura de consumo responsable, crÃtico y justo de manera que, salvaguardando los valores humanos, sociales y medioambientales, consigamos entre todos un mundo mÃ¡s justo, un mayor respeto por la naturaleza y la vida, un reparto de bienes solidario (recordemos que el 84% de recursos es utilizado por el 16% de la poblaciÃ³n mundial) y un modo de vida basado en los valores que de verdad son los que nos proporcionan sentido a la misma. Para ello es necesario, en algunos casos, no muchos, un esfuerzo por parte de todos de modo que algunas veces nos resultarÃ¡ incÃ³modo, incluso algo sacrificado, llevar a cabo esta conducta responsable ya que a nuestro alrededor todo se enmaraÃ±a para que no lo hagamos. Valgan, para nuestro empeÃ±o en conseguirlo, estas imÃ¡genes manipuladas que persiguen despertar el interÃ©s en puntos concretos del entramado comercial y publicitario y que, a nuestro entender, son ejemplos cotidianos de lo que aquÃ hemos manifestado. Ecologistas en acciÃ³n. * Consume hasta morir (Enlace...) http://www.iberica2000.org/Es/Articulo.asp?Id=1744 * El consumo compulsivo de bienes, es la causa principal de la degradaciÃ³n ambiental. Toda la informaciÃ³n relacionada con el consumismo, en IbÃ©rica 2000: * Consumir responsablemente... http://www.iberica2000.org/Es/Articulo.asp?Id=1431 (Diversos enlaces a artÃculos...) http://www.iberica2000.org/Es/Busquedas.asp?Palabra=consumismo http://www.iberica2000.org/Es/Articulo.asp?Id=1874

Re: ¿Cómo librarse de las tarjetas de crédito?
per jurar a dios?a si es como quieres combatir el consumismo?	31 oct 2004
Y que hace dios por ti? donde esta?hay que ser cabrón para crear algo y pirarse cuando la cosa se pone fea, dile a ese dios que vulva y se cargue a los curas y al poder político esos mismos que practican su religión son los que nos putean dia a dia . Religión>opresión

como librarse de iberica 2000 ?
per por favor	31 oct 2004
existe algun modo de librarse de estos pesaos ? de donde han salido ? son una fusion de espania 2000 con restos de falange, afines al obispado y ecologistas del club de amigos de felix rodriguez de la fuente ? estan vivos o solo son una aparicion fantasmal de halloween ? como se detiene esta invasion ? (ademas, con el mismo estilo de publicacion y parecida filisofia progre-chorra-new-franquista-de-buen-rollete estan apareciendo otros textos con otras firmas basta ya de iberica 2000 !!! iros al peo, pesaos !