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Notícies :: globalització neoliberal : ecologia
Transporte urbano gratuito para todos
25 oct 2004
Transporte urbano gratuito para todos


LA ÚNICA FORMA DE LOGRAR DESCONGESTIONAR LOS NÚCLEOS URBANOS ES IMPLANTAR LA GRATUIDAD DEL TRANSPORTE PÚBLICO URBANO

Es una obligación pública e institucional detener la actual lacra que supone la contaminación atmosférica, acústica, residual... Por eso, las entidades cívicas, el mundo universitario y los medios de comunicación tenemos el deber ineludible de potenciar y promover iniciativas saludables, exigiendo el desarrollo de programas de transporte alternativo, totalmente gratuito.

http://www.iberica2000.org/Es/Articulo.asp?Id=1879

Es el momento de recuperar la ciudad y evitar que se degraden y conviertan en enormes cementerios y basureros.

En España hay algunas sobresalientes experiencias que han funcionado muy bien, como en la ciudad de Gijón.

Es hora de que otras ciudades, con climas benévolos, puedan diseñar planes de peatonalización que conserven el encanto de sus centros históricos, deteniendo la brutal contaminación que padecen día a día, gracias a la indolencia de los gestores y responsables políticos.
Transporte urbano gratuito para todos


LA ÚNICA FORMA DE LOGRAR DESCONGESTIONAR LOS NÚCLEOS URBANOS ES IMPLANTAR LA GRATUIDAD DEL TRANSPORTE PÚBLICO URBANO

Es una obligación pública e institucional detener la actual lacra que supone la contaminación atmosférica, acústica, residual... Por eso, las entidades cívicas, el mundo universitario y los medios de comunicación tenemos el deber ineludible de potenciar y promover iniciativas saludables, exigiendo el desarrollo de programas de transporte alternativo, totalmente gratuito.

http://www.iberica2000.org/Es/Articulo.asp?Id=1879

Es el momento de recuperar la ciudad y evitar que se degraden y conviertan en enormes cementerios y basureros.

En España hay algunas sobresalientes experiencias que han funcionado muy bien, como en la ciudad de Gijón.

Es hora de que otras ciudades, con climas benévolos, puedan diseñar planes de peatonalización que conserven el encanto de sus centros históricos, deteniendo la brutal contaminación que padecen día a día, gracias a la indolencia de los gestores y responsables políticos.

Comunicado de Cercle Obert de Benicalap a favor del transporte público gratuito y la peatonalización integral de los centros históricos:

Y quiere manifestar su preocupación por el nulo interés que tiene el Ayuntamiento de Valencia, las Cortes Valencianas, el Ministerio de Fomento, la Diputación Provincial de Valencia y la Generalitat Valenciana para favorecer y estimular, de forma sistemática, el uso de la bicicleta y de los transportes públicos.

También es fundamental crear y aplicar un programa destinado a la total peatonalización de los diversos centros históricos que conforman el paisaje urbano de Valencia ciudad y su área metropolitana, en aras a descongestionar y hacer habitable las muy contaminadas y ruidosas calles, plazas y vías públicas...

Consideramos que debe ser una prioridad esencial la mejora y ampliación de los actuales tramos destinados a carril bici, creando nuevos y mejores aparcamientos vigilados, así como se potencian campañas educativas en centros escolares, universitarios, centros laborales... para incrementar el uso de la bicicleta y de los transportes públicos convencionales (metro, autobús, tranvía...).

También debemos insistir en la implantación coordinada y consensuada (EMT-Metro-Renfe) de tarjetas combinadas de transporte urbano e interurbano, a bajo precio, destinado a usuarios habituales, aplicando descuentos importantes a las personas y colectivos que tengan rentas bajas o dificultades económicas, sociales, etc (jubilados, desempleados, indigentes, jóvenes...).

Indicar que en diversas ciudades europeas el transporte público es totalmente gratuito. Esa loable medida permite y lograr acabar con la contaminación. Peatonalizar los centros urbanos incrementa la calidad de vida, haciendo atractivas la vida diaria en todas sus manifestaciones e incrementa el valor de nuestros entornos urbanos.

Conviene que la administración valenciana proceda a considerar la oportunidad de que el transporte público sea totalmente gratuito, dados los elevados impuestos que abonamos y los buenos resultados obtenidos en otras ciudades europeas.

Adjuntamos una síntesis de las propuestas elaboradas por Cercle Obert de Benicalap – Iniciativas Sociales y Culturales de Futuro, con el objetivo de que las Delegaciones de Tráfico, Policía, Alcaldía, Urbanismo del Ayuntamiento de Valencia..., las Cortes Valencianas, la Generalitat Valenciana, la Diputación Provincial de Valencia... tengan a bien valorar y analizar nuestras peticiones en aras a su puesta en practica y desarrollo inmediato.

Potenciar el uso del transporte público y alternativo es una necesidad inaplazable si realmente queremos lograr vivir dentro de unos esquemas saludables, así evitaremos que se instalen nuevas patologías y degradaciones en la convivencia presente y futura.

Los centros históricos siguen abandonados y padeciendo todo tipo de agresiones y degradaciones.
(Propuestas concretas para hacer habitable y amable Valencia, favoreciendo el acceso gratuito al transporte público a todos los ciudadanos).

La recuperación, regeneración y revitalización de los centros históricos, que conforman e integran el paisaje de las ciudades, es un tema vital. En consecuencia, se debe recordar a nuestros representantes institucionales, que tienen asumidos diversas importantes obligaciones y compromisos.

Los diversos colectivos vecinales, cívicos y culturales llevamos tiempo insistiendo en la necesidad de paliar los efectos de la contaminación acústica, lumínica, así como la proliferación de residuos y la consolidación de bolsas de marginación y pobreza en numerosas áreas de nuestra ciudad.

Es el momento de reiterar e insistir en que los temas pendientes se resuelvan, iniciando nuevas conversaciones y encuentros que culminen con la asunción y aplicación de iniciativas cívicas, fruto del análisis y del debate consensuado por todos los afectados: vecinos, técnicos, políticos...

El uso y disfrute de los espacios públicos (calles, plazas, jardines, monumentos, espacios deportivos, zonas culturales...) deben ser controlados y supervisados por los diversos colectivos cívicos que conforman el dinámico y robusto tejido social.

La administración local, autonómica y central tienen la obligación ineludible de promover los cauces oportunos y estables que permitan él análisis y posterior resolución de los conflictos emergentes y de las situaciones problemáticas que nos afectan y nos condicionan de una manera u otra.

La ciudad debe ser gobernada por todos, valorando e integrando las iniciativas y propuestas que cualquier ciudadano o colectivo tenga a bien ofrecer y promover. La cultura de la reflexión y del compromiso deben ser una prioridad para nuestros actuales representantes públicos si quieren lograr el respeto y la confianza de toda la ciudadanía.

Presentación.
Los altos niveles de contaminación, degradación, abandono... que padecen los numerosos y valiosos centros históricos que conforman el territorio de la península ibérica, hace difícil que puedan convertirse en espacios destinados al desarrollo de una vida agradable, armónica, dado que se han transformado en los últimos 30 años, en simples y saturados núcleos administrativos, financieros... careciendo de un tejido social permanente y activo, dispuesto a desarrollar sus vidas laborales, educativas y profesionales de forma permanente y continuada.

Recuperar la vitalidad y el sabor de los centros históricos es una necesidad y una urgencia, pues permite que referentes culturales, artísticos, artesanales y emocionales únicos y de gran sabor e identidad, puedan conservarse y transmitirse a las nuevas generaciones, dotando de una mayor diversidad y encanto a las complejos paisajes que conforman las actuales ciudades.

Una ciudad tan mediterránea como Valencia, merece conservar y potenciar sus peculiaridades, huyendo e ignorando las planas y sin relieve imposiciones que pretende imponer el desaforado y uniforme crecimiento neoliberal.

MANIFIESTO POR UN CENTRO HISTÓRICO PARA LOS VIANDANTES.
El centro histórico de Valencia continúa, innecesariamente, siendo el lugar de paso de miles de vehículos diarios, incluidos muchos de los autobuses del servicio público, lo que resulta incompatible con cualquier intento de sanear el corazón de la ciudad, mejorar sus plazas más emblemáticas -Mercado, Reina, Ayuntamiento- o simplemente crear redes peatonales.

Los tejidos históricos de las ciudades responden a un momento en el que el desarrollo de los medios de transporte era muy primitivo. Se trataba de espacios muy compactos, en densidad, en usos del suelo, y sus dimensiones máximas eran adecuadas a las condiciones “ergonómicas� de sus habitantes, es decir, estaban concebidos para recorrerlos a pie.

En el último siglo, la ciudad de Valencia, y concretamente su centro histórico, ha aumentado en cantidad el espacio público, como consecuencia de las diversas operaciones de esponjamiento, pero en cambio, la calle se ha empobrecido: ha pasado de ser un espacio democrático, soporte de funciones sociales muy variadas, a ser un lugar privatizado y dominado por el tráfico y el aparcamiento. Un fenómeno que está causando gravísimos perjuicios sociales y económicos.

Esa privatización no solo la ejerce el automóvil, sino los grandes grupos privados en la gestión del agua, la basura, el mobiliario urbano, la publicidad, la mensajería, la televisión por cable o los servicios de seguridad privados, entre otros...

El incremento constante del tráfico motorizado en el centro histórico de Valencia está afectando de manera grave la calidad de vida del mismo, su atractivo turístico y comercial, así como las posibilidades de uso y disfrute de los espacios públicos. Paradójicamente, este exceso de movilidad está haciendo la ciudad menos accesible, al dificultar los desplazamientos a pie, entorpecer el transporte público e incluso provocar una constante congestión del tráfico.

La política municipal de los últimos años no ha hecho sino favorecer el acceso de más automóviles al centro de forma indiscriminada, con lo que los problemas mencionados no hacen más que agravarse. La ampliación de las vías de acceso (Avenida de las Cortes Valencianas), los nuevos puentes (de las Artes, de la Alameda), los túneles (�ngel Guimerá, márgenes del Viejo Cauce) estimulan aún más el uso del coche.

Muchas ciudades europeas, conscientes de que son reconocidas por espacios públicos emblemáticos, iniciaron hace tiempo la recuperación de calles y plazas para sus habitantes, en un proceso que se ha venido en llamar “la Reconquista de Europa�. Muchos centros históricos europeos iniciaron hace mucho tiempo procesos de recuperación que hoy ofrecen espacios de gran calidad y ambiente, espacios habitables que combinan funciones muy variadas.

Se trata, por tanto, de imitar estrategias próximas, adaptándolas a las muy favorables condiciones de nuestra ciudad. No nos confundamos, no se trata de prohibir, de impedir o de peatonalizar de forma absoluta, sino de reordenar el espacio público y su uso de la forma más conveniente para la ciudad, la vida urbana, el comercio.

Por todo ello, los ciudadanos de Valencia exigimos participar en el diseño y gestión de nuestra propia ciudad, reclamando a los órganos políticos y administrativos de la misma que cumplan con el compromiso que adquirieron al ser elegidos nuestros representantes, y pongan en marcha de forma inmediata un plan de habitabilidad real aplicando las siguientes medidas:

1. La reducción de la entrada de vehículos a motor, estableciendo áreas reservadas a residentes, carga y descarga, o servicios públicos.

2. Un reparto equitativo del espacio viario, reduciendo la parte dedicada al automóvil, y aumentando la destinada a peatones y ciclistas.

3. La mejora del transporte público, introduciendo nuevos medios modernos y no contaminantes, (como tranvías, minibuses eléctricos, autobuses a gas natural) y racionalizando la gestión del sistema (billetes combinados, taxis compartidos...).

4. La preferencia de paso al transporte público, con carriles protegidos, reservando en algunos casos calles exclusivas para él mismo, peatones y ciclistas.

5. La regulación del aparcamiento, evitando el exceso de oferta de plazas, que estimulan a acceder en con coche al crear expectativas de aparcamiento.

6. La regulación de la carga y descarga, estableciendo franjas horarias limitadas, reservando áreas en la calzada y facilitando la creación de sistemas de consigna y reparto a domicilio.


Se trata, en definitiva, de propiciar un cambio cultural progresivo hacia unas pautas de conducta beneficiosas para toda la población hacia lo que se llama “movilidad sostenible�, cambio que se ha reivindicado en numerosas ocasiones y desde diferentes plataformas. No queremos esperar más, ya es hora de empezar.

PROPUESTAS CONCRETAS PARA HACER HABITABLE Y AMABLE NUESTRA CIUDAD, FAVORECIENDO EL USO SISTEMÃ?TICO DE TRANSPORTES ALTERNATIVOS.
1.- Cuidado y mantenimiento permanente de los carriles bicis existentes, así como incremento de los trazados en toda la ciudad de Valencia y poblaciones adyacentes. Conectar todos los trazados, realizando un mantenimiento y vigilancia intensivo de los carriles bicis.

2.- Incremento de aparcamientos vigilados y cubiertos para las bicicletas.

3.- Intensificar y favorecer institucionalmente el uso diario de la bicicleta como transporte usual de los ciudadanos, organizando campañas educativas e institucionales que favorezcan e impulsen el uso sistemático y diario de todos los sistemas de transportes públicos, en aras a detener el aumento de la contaminación acústica y tóxica que padece la ciudad de Valencia.

4.- Eliminar el día sin coches y crear sistemáticas campañas educativas y en los centros públicos laborales, para que estudiantes y trabajadores se sientan atraídos y estimulados al uso real de los transportes alternativos.

5.- Potenciar la peatonalización total de los centros históricos (de la ciudad de Valencia y de los antiguos poblados anexionados: Campañar, Benicalap, Cabañal, Benimaclet, Beniferri...) para evitar la degradación y el deterioro de sus elementos históricos, artísticos, ambientales...

6.- Detener la creación de grandes cementerios comerciales y promover -de verdad y sin medias tintas-, el pequeño y mediano comercio en los barrios.

7.- Estimular y atender las legítimas peticiones ciudadanas, evitando centrar todos los esfuerzos presupuestarios y de gestión municipal en campañas panacea, tipo Copa de las Américas, dado que únicamente benefician a grupos multinacionales destinados a la especulación urbanística de altos vuelos.

8.- Creación y mantenimiento de un corredor verde, en toda al área metropolitana de Valencia ciudad y poblaciones adyacentes, donde puedan circular bicicletas. Deben crearse y mantenerse adecuadamente, caminos y espacios apropiados donde también puedan efectuarse actividades de senderismo... (activar el proyecto diseñado por la oficina municipal del Plan Verde del Ayuntamiento de Valencia)

9.- Dar prioridad absoluta, así como beneficios fiscales, a los usuarios de bicicletas que la usen regular y asiduamente dentro de las ciudades, creando un premio anual para estimular a los usuarios cotidianos y potenciales de tan saludable y beneficioso medio de transporte.

10.- Implantar el acceso gratuito de los ciudadanos al transporte público, dado que los impuestos municipales son excesivamente altos en Valencia, resaltando que el Ayuntamiento tiene que asumir la obligación de garantizar la plena movilidad de los habitantes que viven en la ciudad, ofreciendo un transporte público de calidad. Existen numerosas experiencias en otras ciudades de Europa que han sido todo un éxito, contribuyendo decisivamente a descongestionar de tráfico puntos emblemáticos.

El actual desarrollo que experimentan todas las ciudades del litoral es una evidencia visible a simple vista, a pesar del estancamiento demográfico que padece la sociedad española.

La modificación vertiginosa de los paisajes urbanos, en aras a satisfacer ciertas presiones especulativas de grupos inmobiliarios es, incuestionablemente, una realidad. Ese desmesurado resurgir de la construcción, evita un crecimiento mesurado que procure adaptarse y respeter las necesidades ciudadanas, culturales, ambientales....

Hoy en día se planifica y se crean espacios arquitectónicos lejos de las necesidades inmediatas de los ciudadanos, lejos de la necesidad de respetar y conservar ciertas herencias ambientales, artísticas, emocionales... Pero todos, empresarios, políticos e, incluso ciudadanos aceptamos "complacidos" y "resignados" esas innovaciones urbanísticas en nombre del futuro, un futuro que se vende como extraordinario y grandioso...

La regla de oro de nuestro sistema neoliberal es que el motor económico español lo encabeza el pujante sector inmobiliario, debiendo permanecer en marcha pase lo que pase. En mi humilde opinión, sería positivo intentar reconducir ciertos esfuerzos financieros al campo de la rehabilitación y de la recuperación de nuestros vestigios históricos y naturales.

También pueden y deben dar beneficios de todo tipo, incluso económicos, pues diversifican y crean nuevos caminos, recuperando profesiones y ofreciendo una imagen de mayor calidad y respeto por nuestras numerosas raices históricas. El turismo de sol y playa padece una recesión real, siendo imprescindible resucitar otras iniciativas.

A pesar de la proliferación de construcciones, equipamientos gigantescos, diseminación de mobiliario urbano y trazado de gran cantidad de vías para la circulación de vehículos... las ciudades han experimentado una evidente y lamentable perdida de espacios para el encuentro sereno, para el ocio y la relajación.

Las plazas tradicionales, ubicadas en los diversos y variados centros históricos y tradicionales de nuestras ciudades, han sucumbido ante los nuevos usos y abusos del consumismo imperante, transformándose en núcleos propicios para el urgente entretenimiento nocturno, con todos los problemas añadidos que producen.

A la vez, gracias al aumento de la circulación privada y al deterioro y abandono de políticas de transporte público eficaces y combinadas, han emergido con fuerza los siempre presentes fenómenos de contaminación y degradación en la convivencia diaria: ruidos, luces excesivas, incremento de los humos, detritus y residuos urbanos...

Es ya una imagen normal asistir al incendio de numerosos vehículos abandonados en las calles de las ciudades. Ya forma parte de nuestro paisaje cotidiano el incendio y la rotura de cabinas, marquesinas, bolardos, papeleras, contenedores...

El ciudadano, independientemente de las instituciones públicas, debe ser consciente de que también forma parte fundamental del paisaje urbano. En consecuencia, todos debemos lograr que la participación y el control de futuros desarrollos e iniciativas urbanísticas, ambientales, culturales, asistenciales... cuenten con el visto bueno de los principales afectados y destinatarios.

No es una ingenuidad exigir y demandar una participación activa y directa en todos los procesos que puedan evitar lesiones en el paisaje urbano. Nuestra salud emocional y afectiva viene determinada y definida gracias a la existencia de cuerpos urbanos saludables, donde todas las partes que integran ese paisaje tienen una función determinada en aras a lograr el bienestar y la convivencia armónica de todos los que formamos parte de ese tejido vivo, dinámico que es una ciudad.

Para obtener y mantener salud y bienestar en todo tiempo y lugar, el ciudadano debe pasar de ser un mero espectador -que asiste sumiso a ciertos rituales electorales en fechas determinadas-, a tener consciencia y asumir plenamente que es un creador de opinión, un impulsor de propuestas, un denunciante activo de todo aquello que pueda ocasionar nuevos y lacerantes problemas y perjuicios a la convivencia personal y colectiva.

¿Pueden nuestros representantes y empresarios financieros e inmobiliarios entender que todos tenemos arte y parte en la gestación, nacimiento y cuidado de nuestros espacios urbanos?

¿Pueden comprender que incluso los espacios privados deben cumplir y acatar ciertas normas públicas para lograr que el conjunto de la morfología urbana pueda ser saludable y aporte bienestar al conjunto del tejido social?

Pasar de las declaraciones, principios y de las buenas intenciones electorales a impulsar unos cauces participativos plurales, abiertos y sistemáticos en temas tan transcendentales y costosos como son el diseño de nuestras ciudades, la conservación y recuperación de nuestros espacios naturales y artísticos, es una tarea ineludible e inaplazable.

No hay que tener miedo a la hora de que los ciudadanos podamos conocer (e influir) en las propuestas de los arquitectos, empresarios, promotores y políticos. También nosotros somos una parte vital del paisaje y del futuro de nuestra gran casa que es una ciudad. Todas las partes de esa gran morada, precisan una atención y un cuidado común. La ciudad es nuestro cuerpo y debemos mantenerlo en buen estado, en forma, libre de epidemias y conflictos que puedan trastornar nuestro futuro inminente.

Nuestra reflexión aquí esbozada es una sugerencia que esperamos pueda ser analizada y complementada con otras aportaciones e iniciativas.

Transporte para los mayores.
FRANCISCO DE LAS MARINAS ALFEREZ.
Publicado en el periódico LAS PROVINCIAS.

El transporte público puede ser una solución cómoda y barata para el traslado de las personas mayores en la ciudad. Con ello se facilita que no se produzcan atascos, contaminación, ruidos y dificultades para aparcar, cuando un colectivo significativo se decide a utilizarlo, dejando de usar su propio vehículo.

El beneficio que se obtiene utilizando el servicio público de transportes aumenta en el caso de las personas mayores, puesto que no tienen que soportar aglomeraciones de usuarios en las horas punta, ya que el horario para su desplazamiento no coincide con el de los que trabajan, sino por el contrario, cuando el metro, el autobús o el tren suele circular casi vacío.

Durante el pasado siglo XX hubo muchos intentos de facilitar el servicio público de transportes a diversos colectivos, en especial a las personas mayores, con el propósito de ayudar al mejor uso de los transportes públicos, evitando las dificultades que supone el tránsito masivo de las vías públicas, así como conceder un beneficio a las personas mayores, para proporcionarles una buena calidad de vida.

En Madrid, los mayores pueden obtener un abono mensual por nueve euros que les permite moverse por toda la red del metro, en los trenes de cercanías y en los autobuses. Para los asiduos al transporte se ofrece la posibilidad de comprar un abono anual de 99 euros.

En Barcelona, se ha de obtener un carné. La cuantía del beneficio depende de la pensión, que puede ser gratuito o reducido, que permite al usuario abonar 2,45 euros por 10 viajes. También hay ofertas para desplazarse en tren fuera de la Ciudad Condal.

En Bilbao, los bonos de 10 viajes cuestan 2,25 euros, cuando el billete normal de dos viajes se compra por dos euros.

Sin embargo, Valencia se encuentra en la parte baja de la clasificación en cuanto al metro y autobuses metropolitanos. Sólo se hacen descuentos para los que ya han cumplido 65 años, en los billetes sencillos y por desplazamiento fuera de la capital. Algunos municipios del área metropolitana, con un 10% de descuento de Metrovalencia, pagan los billetes que distribuyen gratuitamente entre sus vecinos mayores.

No comprendemos las dificultades que puede tener la Generalitat Valenciana, propietaria de la empresa Metrovalencia, para poder realizar un estudio, sirviéndose de las experiencias de Madrid, Barcelona y Bilbao, e incluso del propio Ayuntamiento de Valencia, con el Bono Oro, para conceder condiciones más beneficiosas para las personas mayores, nunca gratis total, e incentivar el uso del metro al colectivo de las personas mayores.

Sentir la ciudad como parte de nuestro cuerpo, de nuestra vida...
REFLEXIONES... PARA TOMAR APUNTES.

¿Pueden nuestros representantes y empresarios financieros e inmobiliarios entender que todos tenemos arte y parte en la gestación, nacimiento y cuidado de nuestros espacios urbanos?

El actual desarrollo que experimentan todas las ciudades del litoral es una evidencia visible a simple vista, a pesar del estancamiento demográfico que padece la sociedad española.

La modificación vertiginosa de los paisajes urbanos, en aras a satisfacer ciertas presiones especulativas de grupos inmobiliarios es, incuestionablemente, una realidad.

Ese desmesurado resurgir de la construcción, evita un crecimiento mesurado que procure adaptarse y respeter las necesidades ciudadanas, culturales, ambientales....

Hoy en día se planifica y se crean espacios arquitectónicos lejos de las necesidades inmediatas de los ciudadanos, lejos de la necesidad de respetar y conservar ciertas herencias ambientales, artísticas, emocionales...

Pero todos, empresarios, políticos e, incluso ciudadanos aceptamos "complacidos" y "resignados" esas innovaciones urbanísticas en nombre del futuro, un futuro que se vende como extraordinario y grandioso...

La regla de oro de nuestro sistema neoliberal es que el motor económico español lo encabeza el pujante sector inmobiliario, debiendo permanecer en marcha pase lo que pase.

En mi humilde opinión, sería positivo intentar reconducir ciertos esfuerzos financieros al campo de la rehabilitación y de la recuperación de nuestros vestigios históricos y naturales.

También pueden y deben dar beneficios de todo tipo, incluso económicos, pues diversifican y crean nuevos caminos, recuperando profesiones y ofreciendo una imagen de mayor calidad y respeto por nuestras numerosas raices históricas. El turismo de sol y playa padece una recesión real, siendo imprescindible resucitar otras iniciativas.

A pesar de la proliferación de construcciones, equipamientos gigantescos, diseminación de mobiliario urbano y trazado de gran cantidad de vías para la circulación de vehículos... las ciudades han experimentado una evidente y lamentable perdida de espacios para el encuentro sereno, para el ocio y la relajación.

Las plazas tradicionales, ubicadas en los diversos y variados centros históricos y tradicionales de nuestras ciudades, han sucumbido ante los nuevos usos y abusos del consumismo imperante, transformándose en núcleos propicios para el urgente entretenimiento nocturno, con todos los problemas añadidos que producen.

A la vez, gracias al aumento de la circulación privada y al deterioro y abandono de políticas de transporte público eficaces y combinadas, han emergido con fuerza los siempre presentes fenómenos de contaminación y degradación en la convivencia diaria: ruidos, luces excesivas, incremento de los humos, detritus y residuos urbanos...

Es ya una imagen normal asistir al incendio de numerosos vehículos abandonados en las calles de las ciudades. Ya forma parte de nuestro paisaje cotidiano el incendio y la rotura de cabinas, marquesinas, bolardos, papeleras, contenedores...

El ciudadano, independientemente de las instituciones públicas, debe ser consciente de que también forma parte fundamental del paisaje urbano. En consecuencia, todos debemos lograr que la participación y el control de futuros desarrollos e iniciativas urbanísticas, ambientales, culturales, asistenciales... cuenten con el visto bueno de los principales afectados y destinatarios.

No es una ingenuidad exigir y demandar una participación activa y directa en todos los procesos que puedan evitar lesiones en el paisaje urbano.

Nuestra salud emocional y afectiva viene determinada y definida gracias a la existencia de cuerpos urbanos saludables, donde todas las partes que integran ese paisaje tienen una función determinada en aras a lograr el bienestar y la convivencia armónica de todos los que formamos parte de ese tejido vivo, dinámico que es una ciudad.

Para obtener y mantener salud y bienestar en todo tiempo y lugar, el ciudadano debe pasar de ser un mero espectador -que asiste sumiso a ciertos rituales electorales en fechas determinadas-, a tener consciencia y asumir plenamente que es un creador de opinión, un impulsor de propuestas, un denunciante activo de todo aquello que pueda ocasionar nuevos y lacerantes problemas y perjuicios a la convivencia personal y colectiva.

¿Pueden nuestros representantes y empresarios financieros e inmobiliarios entender que todos tenemos arte y parte en la gestación, nacimiento y cuidado de nuestros espacios urbanos?

¿Pueden comprender que incluso los espacios privados deben cumplir y acatar ciertas normas públicas para lograr que el conjunto de la morfología urbana pueda ser saludable y aporte bienestar al conjunto del tejido social?

Pasar de las declaraciones, principios y de las buenas intenciones electorales a impulsar unos cauces participativos plurales, abiertos y sistemáticos en temas tan transcendentales y costosos como son el diseño de nuestras ciudades, la conservación y recuperación de nuestros espacios naturales y artísticos, es una tarea ineludible e inaplazable.

No hay que tener miedo a la hora de que los ciudadanos podamos conocer (e influir) en las propuestas de los arquitectos, empresarios, promotores y políticos.

También nosotros somos una parte vital del paisaje y del futuro de nuestra gran casa que es una ciudad. Todas las partes de esa gran morada, precisan una atención y un cuidado común.

La ciudad es nuestro cuerpo y debemos mantenerlo en buen estado, en forma, libre de epidemias y conflictos que puedan trastornar nuestro futuro inminente.

Nuestra reflexión aquí esbozada es una sugerencia que esperamos pueda ser analizada y complementada con otras aportaciones e iniciativas.

Valencia, a 11 de septiembre de 2004
No a los días sin coche
SÃ? AL USO RACIONAL Y SISTEMÃ?TICO DE LOS TRANSPORTES ALTERNATIVOS

Tratar superficialmente determinados problemas que condicionan y nos afectan de manera directa y continua es grave, pues no ayudan a conocer las causas y plantear las debidas medidas correctivas y/o paliativas.

Vivimos obsesionados por las modas, las celebraciones y las fiestas. De cualquier tema, asunto o conflicto logramos crear una excusa adecuada y perfecta para organizar un evento festivo y propiciar el consumo de noticias, llaveros, pegatinas...

Incluso los temas solidarios han sido devorados, fagocitados por el sistema, convirtiéndose en meras y burdas pantomimas para ocultar la gravedad de numerosos problemas que siguen aumentando.

El día sin coches, el día del emigrante, el día de los sin techo, el día del padre separado, el día del árbol, el día del enfermo de SIDA, el día del alcohólico, el día del político, el día del especulador, el día del genocida, el día del poeta, el día del niño, el día del preso, el día del abogado, el día del periodista...

Hay demasiados días en el calendario, pero todos son un buen motivo, una buena oportunidad para hacer negocio, para hacer caja. Y los temas solidarios y humanos también facilitan y favorecen el lucro de unos pocos avispados, pues son asuntos que calan profundamente en el espíritu de todos los mortales.

La intensa contaminación y degradación ambiental y emocional que el incesante tráfico privado produce en los núcleos urbanos, rurales... es una realidad cercana, que todos conocemos muy bien. Igualmente es noticia diaria la situación de crispación cívica que produce y alimenta la permanente y creciente contaminación acústica, lumínica, residual...

Valencia es una de las ciudades con mayores niveles de contaminación y degradación de toda España, aunque carece de las medidas y recursos públicos para paliar, atajar o evitar tanto conflicto.

La desidia institucional es algo ya habitual que padecemos y sufrimos todos los días, provocando un malestar ciudadano que va en aumento.

Desde hace años existe la extraña moda de celebrar con gran algarada el D�A SIN COCHES, un acto que no sirve para estimular el uso del transporte público y alternativo en las congestionadas y cada día menos habitables ciudades, dado que esos eventos festivos no vienen acompañados de programas sistemáticos que favorezcan la creación de redes de carril bici, medidas de apoyo fiscal a los usuarios que utilicen el transporte público...

Los ciudadanos tenemos la obligación urgente de exigir a la administración pública que abandone definitivamente ya esas modas obscenas, solicitando que procedan a la creación de verdaderos programas destinados a favorecer el uso sistemático de la bicicleta, generando y extendiendo los circuitos de carril bici en el entorno urbano, ampliando los espacios peatonales e incentivando el uso de los transportes públicos.

También debemos requerir a nuestros representantes que se olviden de sufragar caprichos y cuestiones superfluas, destinando mayor presupuesto para luchar contra la contaminación acústica, lumínica, residual... No es lógico ni prudente seguir destinar nuestro dinero para usos triviales que en nada benefician al conjunto del tejido social.

Acabar con el despilfarro, el derroche y la banalidad que hoy en día constituyen los Días sin coche, es una obligación urgente, pues todos sabemos que no tienen utilidad ni eficacia alguna.

Y también es básico, realmente urgente, que la administración utilice sus recursos (humanos, técnicos y financieros) para promover una cultura urbana propicia al paseo, al uso racional de los transportes públicos, mejorando e incrementando el parque de autobuses, tranvias, metro, bicicletas, taxis...

Igualmente es pertinente que desde la escuela se favorezca y se estimule la sensibilidad personal y colectiva (alumnos, profesorado y personal no docente), de lo conveniente y saludable que es abandonar el uso del vehículo privado en trayectos cortos, recurriendo al uso de las otras alternativas públicas de transporte.

Crear un servicio de alquiler de bicicletas, controlado y gestionado por los ayuntamientos, así como premiar a los empleados públicos, trabajadores, estudiantes... que utilicen de forma sistemática y habitual todos los medios alternativos de transporte... son medidas positivas y rentables.

Ha llegado la hora de olvidarse de las fiestas y los días sin... y empezar a considerar que todos los días merecen ser vividos de forma racional, respetuosa, sencilla, amable, evitando la hostilidad y agresividad que potencia el uso del vehículo privado en las saturadas y contaminadas urbes actuales.

Antonio Marín Segovia.
Cercle Obert de Benicalap.
Iniciativas Sociales y Culturales de Futuro.

Descoordinación en el Día sin Coches.
Comunicado de Ecologistas en Acción
16 de septiembre de 2004.

Ecologistas en Acción ha mostrado su preocupación por lo que califica de nuevo fracaso de la coordinación del Ministerio de Medio Ambiente ante la Semana Europea de la Movilidad, que comienza hoy en 323 ciudades europeas y que culmina el día 22 con la celebración del Día sin Coches en un millar de ciudades de 29 países del mundo.

Ecologistas en Acción ha mostrado su preocupación por el nuevo fracaso del Ministerio de Medio Ambiente como coordinador oficial de esta iniciativa de la UE, siguiendo el camino de ediciones anteriores.

La semana de la movilidad se planteó en 2002 como una iniciativa para realizar actividades previas al Día sin Coches, con el objetivo de informar, concienciar y dar participación a la ciudadanía en la tarea de mejorar la calidad de vida de las ciudades, reduciendo el número de coches en circulación y demostrar en la práctica los beneficios que reporta el que una mayoría de automovilistas dejen el coche en casa.

La escasa convicción de las autoridades municipales y de Medio Ambiente y la improvisación y falta de participación ciudadana con que se han llevado a cabo, hicieron que el año pasado el Día sin Coches supusiera un retroceso respecto a años anteriores y se saldara con una gran sensación de fracaso en la mayor parte de las localidades donde se llevó a cabo.

Este fracaso explica que este año haya menos ciudades participantes (106 en la Semana europea de la movilidad y 199 en el Día sin Coches) y que las expectativas y el interés ciudadano hayan disminuido.

Ecologistas en Acción siempre ha apoyado la realización de días sin coches y considera que estas iniciativa se ha de enmarcar en un conjunto de actuaciones que tengan como objetivo disminuir la enorme carga ambiental que el transporte ocasiona, introduciéndola como una medida más en planes de Movilidad Sostenible, realizados con participación ciudadana, que actúen limitando el estacionamiento y circulación de vehículos, reforzando y mejorando los transportes públicos y favoreciendo los modos de transporte no motorizados, a pie y en bicicleta.

Desgraciamente, las políticas de movilidad urbana siguen ancladas en “conseguir la mayor fluidez del mayor tráfico posible�, en un camino opuesto al que señala la realización del Día sin Coches.

En este sentido, la organización ecologista pide al Ministerio de Medio Ambiente que considere la gravedad de los problemas ambientales que la expansión del automóvil provoca (emisiones de CO2, degradación y ocupación de territorio, contaminación atmosférica y acústica, siniestralidad y destrucción de la vida urbana) y apueste decididamente por una política de movilidad en el camino de la sostenibilidad.

Apuesta que significa el apoyo y fomento de iniciativas como la Semana europea de la movilidad o el Día sin Coches, realizando campañas de información y concienciación, fomentando la participación ciudadana, elaborando y coordinando Planes de Movilidad Sostenible y realizando una evaluación de las políticas de movilidad y de los resultados de esas políticas sobre el medio ambiente, por medio de la creación de un Observatorio de la Movilidad.

Para Ecologistas en Acción el éxito o el fracaso del Día sin Coches es el resultado de las políticas de movilidad llevadas a cabo todos los días del año.

Las organizaciones ecologistas, afirman: “seguiremos denunciando las políticas de apoyo al coche y luchando por una ciudad cercana, sin ruidos, sin contaminación, sin coches, cohesionada por el transporte público, que favorezca el transporte a pie y en bicicleta y cuyas calles vuelvan a ser lugar de encuentro y comunicación y no de aparcamiento y paso de vehículos. En definitiva, unas ciudades para vivir�.

Análisis de un sofisma.
Manuel Talens.

El sofisma es una figura retórica que consiste en llegar de forma tramposa a conclusiones verdaderas a partir de argumentos falsos. Las calles de Valencia están llenas estos días de carteles oficiales con un sofisma publicitario que reza así: “El gas natural comprimido es un comBUStible silencioso, ecológico y respetuoso con el medio ambiEMTe, aBUSe del BUS�. Con él, la Empresa Municipal de Transportes (EMT) proclama que ahora mueve parte de su flota de autobuses urbanos con gas natural, se apunta un gol político como administración cuidadosa de la calidad del aire y deduce alegremente que, por ello, se debe utilizar el transporte público.

Dado que el lenguaje de la publicidad suele destacar lo innecesario para vender lo inexistente, he decidido analizar aquí el susodicho eslogan, con el objetivo de desenmascararlo. Veamos:

Silencioso.- Es posible que los pistones de esos autobuses hagan menos ruido, puesto que el gas es superior a la gasolina o al gasóleo a la hora de engrasar, pero no mucho menos, porque el motor sigue siendo de explosión. Falso.

Ecológico y respetuoso con el medio ambiente.- El gas natural produce dos veces menos emisiones de CO2 que los combustibles del petróleo, pero de ninguna manera es inocuo ni limpio ni respetuoso con la naturaleza, pues el dióxido de carbono, se mire como se mire, es un veneno. Así que ya está bien de asociar el gas con fotos idílicas de hierba y florecillas. Falso.

Abuse del bus.- Según la lógica de todo silogismo, de las dos premisas anteriores se debería colegir esta conclusión, que juega con las palabras para exhortar al ciudadano a que�abuse del bus�, pero dos mentiras no dan nunca lugar a una verdad. Por eso se trata de un sofisma.

Si la EMT tuviese auténtico interés en mejorar el medio ambiente y hacer más respirables las calles de Valencia no pondría el énfasis en el gas natural, que al fin y al cabo es un contaminante, sino en el hecho de que, con independencia del combustible que se use, lo “menos malo, menos sucio, menos ruidoso y más barato� para ir de un sitio a otro es el transporte público. Pero en esto la EMT se enfrenta a un problema insoluble, y es que debe promocionar sus servicios sin enemistarse al mismo tiempo con la industria del automóvil, de cuyos productos obtienen los ayuntamientos y el Estado la mayor parte de los impuestos. Por eso, los regentes municipales nadan y guardan la ropa al mismo tiempo, mientras se gastan el dinero de todos nosotros en campañas publicitarias falaces que no sirven para nada: la gente sigue abarrotando Valencia con sus coches y los escasos ciclistas que se aventuran a circular se juegan la vida.

Más valdría, quizá, que la EMT tomase ejemplo de la ciudad francesa de Châteauroux, que en enero de 2002 instauró la gratuidad total del transporte público y desde entonces ha aumentado sus usuarios en un 130%.

La ecuación se explica así: los beneficios que aquel ayuntamiento sacaba antaño del pago de cada billete individual sólo cubrían el 14% del presupuesto dedicado al transporte, de manera que, con buen criterio, se decidió prescindir de ellos y buscarlos en otros bolsillos. Las encuestas en Châteauroux muestran que la población aprueba mayoritariamente la medida, porque hoy en día da gusto pasear allí.

Antonio Marín Segovia.
Cercle Obert de Benicalap.
Iniciativas Sociales y Culturales de Futuro.


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Más información relacionada, alojada en Ibérica 2000:
* El automóvil: una enfermedad mortal

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* No a los días sin coche

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Esta recopilación, es una colaboración de:
CERCLE OBERT DE BENICALAP

http://www.iberica2000.org/Es/Articulo.asp?Id=1110
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http://www.iberica2000.org/Es/Index2.asp

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