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"El cierre de Indymedia, un pésimo precedente. Para lo que son las leyes"
14 oct 2004
Las leyes no están hechas para sustentar modelos de negocio en contra del futuro. Tampoco tienen como objetivo que grupos de presión amenacen con ellas para obtener a cambio ingresos. Ni se supone que deban servir para que la policía cierre, sin dar explicaciones, un medio de comunicación 'sospechoso'. Las leyes, en las democracias, están para las ideas diferentes, y no para perseguirlas. No tiene mérito proteger lo que todo el mundo piensa; ni se ve sometido a ataque el conocimiento común. Son los heterodoxos los que sufren de persecución, quienes más necesitan de las leyes, quienes tienen más que perder cuando éstas se desmandan. La democracia no es el gobierno de las mayorías, sino el respeto a las minorías. Piénselo: usted también es una minoría. Todos lo somos. La ley debe protegernos, incluso del celo de los servidores de la ley. Malo es cuando se usan para acallar puntos de vista minoritarios. Malo para todos.
Hace ya varios días el FBI confiscó una serie de materiales informáticos en Londres, lo cual tuvo por efecto 'apagar' en Internet más de una veintena de páginas web de la red de información Indymedia. Todavía no está claro el porqué, hay serias dudas sobre el cómo y muchos se preguntan por el cuándo del próximo ataque a la libertad de expresión. Porque éso es lo que parece esta redada aparentemente indiscriminada: un deliberado acto de censura sobre páginas cuyo contenido es considerado pernicioso. Un primer paso hacia la represión de ideas en la Red.

Indymedia no es un grupo de cantores de villancicos. Entre sus múltiples proyectos están la lucha contra la globalización y determinados aspectos del capitalismo, lo cual incluye estar en manifestaciones que a veces se han tornado violentas. Muchas opiniones allí expresadas son de dudoso gusto, imposible puesta en práctica y con frecuencia muy apasionadas. Las discusiones son vehementes y a veces subidas de decibelios. Las ideas no son para todos los gustos y a más de uno le horrorizan.

Pero en ningún caso el que no te guste el mensaje debe justificar la desaparición de un medio de comunicación. Sobre todo si puede evitarse.

Nadie parece saber qué investiga el FBI, o qué juez ha dado la orden internacional, o por qué. Pero si está muy claro que de haberlo deseado las autoridades podrían haber procedido de otra forma, una que les proporcionase los datos que necesitan sin cerrar las publicaciones.

Por muy mal que le caiga al FBI la gente de Indymedia (nunca son buenas las relaciones entre policías y heterodoxos), por muy importante que pueda ser la razón para confiscar los discos duros de unos servidores, por muy crítica que sea la investigación en el tiempo, se debería haber hecho más para evitar ese cierre. Porque contra lo que pueda parecer la función de las leyes en casos como éstos es proteger la voz disidente: dar cobijo a la minoría. Permitir que las ideas heterodoxas no pierdan su voz.

Es uno de los más sagrados principios de la democracia respetar cualquier disidencia o minoría no violenta. Y es lógico, porque lahistoria nos dice que nada es más fácil que fabricar 'minorías' de la nada y organizar persecuciones contra ellas. Los estados pueden ser muy eficaces en la represión y eliminación de 'minorías', e incluso convertir esta represión en la base de su política. Momento en el que nadie está a salvo. Porque todos pertenecemos a alguna. Todos somos minorías que deben ser protegidas.

Las leyes que protegen el derecho de otros a equivocarse nos protegen en realidad a todos. No están hechas por la bondad de nuestros corazones o para garantizar una voz a quienes dicen lo que odiamos escuchar. Las leyes están para cuidar de nosotros, para evitar que alguien nos haga minoría y se aproveche del natural e intenso rechazo que siente la mayoría de la sociedad (y en especial las fuerzas del orden) contra el Otro, el raro, el disidente, el diferente.

Puede que el discurso de la gente de Indymedia esté equivocado. Puede incluso que en algunos aspectos sea abominable o rechazable, así como en otros (su firme rechazo de las tiranías, su valor en la defensa del Tercer Mundo, sus actividades de movilización e información en países dictatoriales) es plenamente defendible. Hasta es posible que la investigación que lleva el FBI, sea cual sea, justifique el atropello, y estemos hablando simplemente de una torpeza, combinada con el fin de semana y la participación de varias instancias judiciales, policiales y empresariales.

Pero es precisamente porque Indymedia es quien es que cabe la sospecha. La sospecha de que se está abusando de las leyes y de poderes que no están en los códigos para acallar ideas que no gustan. Cuando las leyes no están para eso, sino para proteger a los inocentes y castigar a los culpables.

¿O no?

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