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Notícies :: ecologia
La energía nuclear no es solución
30 set 2004
José Allende

En un mundo cada vez más inseguro e inestable, defender la generalización de la energía nuclear de fisión en el planeta para resolver el problema del cambio climático es un dramático sarcasmo, científicamente insostenible, además de ética y políticamente impresentable.
La energía de fisión que conocemos es no renovable. El Uranio-235 es cada vez más escaso y la segunda generación de reactores regeneradores, un peligro aún mayor para la proliferación de armamento nuclear. Los reactores nucleares representan, crecientemente, objetivos bélicos y terroristas de primer grado. Una central nuclear es una bomba atómica "en tu jardín" que, aunque no pueda "explotar", no puede ser utilizada directamente contra otros, pero sí pueden utilizarla contra tí para provocar una inconmensurable catástrofe en la región-nación en que se ubica.

Un accidente fortuito o provocado, fallo técnico o humano, sabotaje o terrorismo, en una central nuclear, fábrica de reciclaje, almacenamiento de residuos,... puede significar una inmensa tragedia por generaciones, al menos en aquella región-nación en que se encuentre emplazada.

El terrorismo internacional lo sabe y desde el 11-S esta cuestión ha alterado fatídicamente el marco de reflexión político y científico que rodea a la fisión nuclear, afectando tanto al sector militar como al civil.

Es en este contexto en el que hay que analizar la singular solución dada a la desesperada por Lovelock para resolver el problema del cambio climático. Lovelock presenta una absurda e irreal huida hacia la total nuclearización del planeta para intentar hacer frente al calentamiento de la Tierra. Este científico, brillante con su hipótesis Gaia, soslaya el análisis sistémico, holístico, integral, presente precisamente en la metodología Gaia referente a la Tierra. Su análisis, al defender la nuclearización del planeta frente al cambio climático, resulta sorprendentemente reduccionista y simplificador del problema, compartimentalizando unidimensionalmente el análisis y solución, además de olvidando todos los efectos colaterales, cada vez más graves, de una generalización de la energía nuclear de fisión.

El cambio climático tiene mucho que ver con el actual modelo de producción y consumo de nuestra civilización, con la absurda esquilmación de recursos, deforestación, modelo energético y de transporte,... Ahí está la principal raíz del problema. Es en la eficiencia energética, en la conservación y racionalización de los usos de energía y en la firme y decidida apuesta por las energías renovables donde está la alternativa energética de las próximas décadas. Por contra, la masiva expansión de la energía nuclear por toda la Tierra multiplicaría los problemas no resueltos de la energía nuclear de manera dramática, afectando minimamente al cambio climático, si no va acompañada de un profundo cambio en el modelo de producción y consumo imperante.

Ni se ha resuelto en absoluto el grave problema de los residuos radioactivos, ni se ha clarificado la potencial gravedad de las bajas dosis de radiactividad. Los crecientes costes ocultos de la energía de fisión siguen ausentes en la factura del kw. nuclear.

Siendo una de las razones de la práctica paralización de esta alternativa sus costes crecientes, cada vez está más presente la demoníaca vinculación entre los usos bélicos y los usos "pacíficos" del átomo, con el consiguiente riesgo para la proliferación de armamento nuclear. A ello hay que añadir la constancia del secretismo y sistemática ocultación de incidentes y accidentes nucleares. En Chernobil, con millones de personas afectadas, miles de hectáreas gravemente contaminadas, miles de cánceres, malformaciones congénitas y costes faraónicos que se alargan en el futuro, se sigue sin embargo hablando oficialmente de sólo 45 muertos. Es el estilo del lobby nuclear.

Miles de millones de ciudadanos del Tercer Mundo y de muchos países desarrollados no pueden depender energéticamente de una tecnología nuclear sofisticada que controlan unos pocos países desarrollados, lo que agrava la vulnerabilidad de los primeros.

La difusión masiva de la alternativa nuclear que propone Lovelock sería económicamente inviable, ambientalmente de gran riesgo, energéticamente insostenible, éticamente aborrecible y geopolíticamente inaceptable por sus implicaciones en la poderosa centralización del poder y control. La gran mayoría de estos atributos negativos se agudizarían con la segunda generación de reactores regeneradores, al favorecer éstos la proliferación nuclear y los accidentes catastróficos. La Tierra sería un polvorín, militarizada, obsesionada con la seguridad y muy frágil con respecto a las libertades individuales y colectivas que resultarían coartadas hasta extremos insostenibles.

Paradójicamente, los combustibles fósiles no dejarían de utilizarse, aunque quizás a menor ritmo, hasta su total agotamiento, como sucedería con el uranio. Con este escenario, ¿puede afirmarse, razonablemente, que la energía nuclear masiva es la solución al cambio climático?

Finalmente, voy a tratar el aspecto que, en mi criterio, adquiere hoy mayor gravedad en relación con la energía nuclear de fisión: las centrales nucleares, almacenamiento de residuos, plantas de reprocesamiento, etcétera, como objetivos bélicos y terroristas de gran atractivo.

Aquel día fatídico en EEUU el gran temor estuvo en torno a la seguridad de las centrales nucleares. Inmediatamente organizaron la defensa militar protegiendo las centrales nucleares. Ese coste de seguridad, que hoy permanece, no está internalizado en el kw nuclear. Francia, EEUU, Inglaterra y otros países mantienen hoy activado todo un costosísimo sistema de seguridad en el entorno de sus centrales ante el posible alcance da la amenaza terrorista. El caso del reactor de Dimona, en Israel, resulta paradigmático. El 11-S ha incorporado definitivamente una nueva percepción de la seguridad-vulnerabilidad que sitúa a la energía nuclear de fisión en una posición dramática: en primer lugar, facilita y propicia la proliferación de armamento nuclear y, en segundo lugar, las centrales nucleares aparecen como objetivos terroristas de primera magnitud.

La aviación israelí destruyó un centro nuclear que construía Irak en 1981. Recientemente Tony Blair insistía: "Haremos lo que sea necesario para impedir que Iran desarrolle su capacidad nuclear".

Israel, Suráfrica, Pakistán, han conseguido saltarse la vigilancia de la AIEA, despreciando el Tratado de No Proliferación y disponiendo hoy de armamento nuclear gracias a instalaciones "pacíficas" de energía de fisión. ¿Qué hará Lovelock cuando Libia, Siria, Egipto, Irán,... por centrarnos solo en esa zona, fundamenten su producción de energía en las centrales nucleares y no en los combustibles fósiles? ¿Se lo permitirán Israel, EEUU, Inglaterra?

Los expertos militares de EEUU hablan ya de "guerras de cuarta generación" y "bombas nucleares sucias", marcando otra nueva dimensión de la confrontación bélica-terrorista en la que la fisión nuclear representa una inquietante amenaza.

Hace muy poco, el presidente de la AIEA, M. Baradei, afirmaba: "El terrorismo contra instalaciones atómicas es una amenaza real y todos deben de tomar medidas de seguridad especiales para preveerlo; el peligro de acciones terroristas contra centrales nucleares se ha incrementado considerablemente desde los atentados del 11-S".

Cada día estamos más cerca de un nuevo holocausto nuclear. Cuando se repita un accidente como el de Chernobil su impacto sobre la alternativa energética nuclear puede ser demoledor. Los países fuertemente dependientes de esta energía aparecen con una fragilidad estratégica muy alta. Si el accidente es de carácter técnico, probablemente todos los reactores de ese tipo deban ser paralizados. El caso de Francia, con fuerte dependencia de la energía nuclear es paradigmático, pues tras una fortaleza energética aparente vive tras el 11-S al borde de un precipicio en una situación de enorme fragilidad.

Si el accidente es consecuencia de un acto de sabotaje o terrorismo, quedará fatídicamente confirmada su vulnerabilidad y peligrosidad, así como su atractivo como objetivo terrorista. No sé si Lovelock se ha parado a pensar las consecuencias ambientales, sociales, económicas y políticas de un mundo que sustituya los combustibles fósiles por centrales nucleares y otras instalaciones de fisión.
Mira també:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=5375

This work is in the public domain

Comentaris

Re: La energía nuclear no es solución
30 set 2004
Este texto carece completamente de rigor.

Evita sistematicamente las preguntas que no puede responder.

¿ Cual es la solución a la actual crisis energetica ?
¿ Energias renovables ?
¿ Reducir el consumo de hidrocarburos ?

Es curioso que una de los mayores obstaculos para implantar este tipo de medidas son los paises del tercer mundo que, despues de ser expoliados, exigen su "derecho" a contaminar para mejorar su economia frente a los del primer mundo que les insisten en que no contaminen (a ver si van a generar economias potentes que alteren el actual orden mundial).

Lo de la amenaza apocaliptica (tenemos bombas atomicas a punto de estallar en la cocina!!) es de risa.

¿ Cuanta gente ha muerto ya por las centrales termicas o con hidrocarburos ?
¿ Cuantos zonas naturales han sido destruidas ?
¿ Cuantas enfermedades se podrian haber evitado ?
¿ No es mucho mejor generar energia cn un sistema estadisticamente mucho más seguro que cualquier otro que se puede controlar ?

Y más en general en el articulo:
¿ Por que obvia sistematicamente los avances tecnicos relacionados con la energia nuclear ?
¿ Por que no da ningun dato ? Lovelock los ha estudiado y facilitado publicamente antes de realizar sus afirmaciones.

El autor sabe perfectamente que hay sistemas actualmente que reutilzan los residuos generados para producir más energia y que actualmente se ha reducido el tiempo de contaminacion potencial de varios miles de años a varios cientos.

En resumén, este articulo no tiene ningun rigor.
Re: La energía nuclear no es solución
30 set 2004
La energía nuclear no es la solución, como tampoco lo es ninguna otra fuente de energía milagrosa.
Oye, Una, no sé de dónde te has sacado que se ha reducido el tiempo de contaminación "potencial", porque siguen habiendo residuos de alta intensidad que seguirán irradiando a todo bicho viviente cuando nosotros estemos convertidos en polvo.
Lo que se cuece detrás de todo este follón pro/contra nuclear y demás energías es que este sistema no podrá aumentar su nivel de consumo indefinidamente.
La solución si la hubiese, sería desmantelar el industrialismo y hacer un ahorro energético a lo bestia, pero nadie tiene cojones para hacerlo.
VIVA EL MAL VIVA EL CAPITAL.
Sindicato Sindicat