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Loor a Zapatero
per Jaime Richart	25 set 2004
Loor a Zapatero "El protagonismo de los líderes de hoy es aparentemente alto, pero a poco que uno se fije es muy artificial. Y en relación a los gravísimos asuntos que ocupan hoy día al mundo y a la ONU, sólo caben esperar de los oradores dos gestos: el de la bondad y rectitud frente a los más fuertes económica y/o militarmente o el de la mentecatez confundiendo firmeza con fuerza bruta. Y Zapatero, es evidente, se ha decantado sin reservas por aquél." "La inteligencia verdadera, sea en el líder, sea en el administrador, sea en el cabeza de familia vulgar, pasa por tres pruebas. Una, conocer las propias limitaciones, otra conocer el momento oportuno para cada cosa, y por último distinguir lo noble de lo torpe, lo ecuánime de lo aberrante. Zapatero parece haber pasado las tres, y en política exterior y a través de su discurso ante la ONU, a mi juicio ha devuelto a este país y a los millones de ciudadanos bienpensantes, al camino recto." 22 Setiembre 2004 Jaime Richart http://www.nuncamas.net/
Loor a Zapatero "El protagonismo de los líderes de hoy es aparentemente alto, pero a poco que uno se fije es muy artificial. Y en relación a los gravísimos asuntos que ocupan hoy día al mundo y a la ONU, sólo caben esperar de los oradores dos gestos: el de la bondad y rectitud frente a los más fuertes económica y/o militarmente o el de la mentecatez confundiendo firmeza con fuerza bruta. Y Zapatero, es evidente, se ha decantado sin reservas por aquél." "La inteligencia verdadera, sea en el líder, sea en el administrador, sea en el cabeza de familia vulgar, pasa por tres pruebas. Una, conocer las propias limitaciones, otra conocer el momento oportuno para cada cosa, y por último distinguir lo noble de lo torpe, lo ecuánime de lo aberrante. Zapatero parece haber pasado las tres, y en política exterior y a través de su discurso ante la ONU, a mi juicio ha devuelto a este país y a los millones de ciudadanos bienpensantes, al camino recto." 22 Setiembre 2004 Jaime Richart http://www.nuncamas.net/ Aunque se dice que las comparaciones son odiosas, lo cierto es que no podemos pasar sin ellas, son inevitables y sirven a menudo para diferenciar a una persona de bien de una malvada o una necia... Sea como fuere, en el monto de nobleza que haya en el discurso de Zapatero ayer en la ONU influye notablemente el contraste con los pronunciados y lo resuelto sobre el mismo asunto por su antecesor. Quien me conoce bien sabe que carezco de interés partidista y que nunca he militado en partido político alguno. A decir verdad, en nada. No por indiferencia o dejadez, sino por convicción. Ceñir el pensamiento propio a lo plasmado en un programa o en un catecismo supone renunciar a inéditos enfoques personales sobre la marcha, y en consecuencia detenerse. Y un intelectual, por poca proyección que tenga o precisamente por no tenerla, sólo puede remontarse por encima de sí mismo a fuerza de independencia absoluta intelectiva. Pero es que sabe también hasta qué punto maldigo este sistema injusto y percibo como una ficción de conveniencia la insistencia en cantar a la libertad cuando ésta es mucho más ilusoria que real para la inmensa mayoría... Por eso, este regusto por lo dicho ayer por Zapatero proviene del mucho aprecio que tengo por la paz y la compasión que me inspira el débil, no por mi debilidad hacia la mentalidad en el fondo conservadora de su ideario programático. Pero como una vida entera no suele ser bastante para esperar cambios radicales, no tenemos otra opción que resignarnos a las reglas de juego impuestas, argumentando desde ellas. Esto es, lo único que podemos hacer es razonar y conducimos "como si" los dominadores hubieran tenido razón, opinando el día a día con arreglo al mismo tejido de la lógica que emplearon para imponernos su sistema... Dicho esto, y siendo notorio que la política y la moral van por caminos bien distintos, parece innecesario aclarar que este canto de alabanza a Zapatero va dirigido más al hombre que al político. La función de líderes de trapo como todos los occidentales, en el fondo no consiste más que en hablar y en roncear. Nada deciden por sí mismos. Todo lo grave se resuelve según intereses grupusculares. Leyes, obras, pequeñas o faraónicas, y guerras no son más que resultado de una conjunción de fuerzas en la que predominan casi siempre las más nocivas para la mayoría. Y si alguien lo ve de otra manera, mala señal: a él le favorecen, siendo así que una democracia lo es en la medida que todos se sientan relativamente insatisfechos... El protagonismo de los líderes de hoy es aparentemente alto, pero a poco que uno se fije es muy artificial. Y en relación a los gravísimos asuntos que ocupan hoy día al mundo y a la ONU, sólo caben esperar de los oradores dos gestos: el de la bondad y rectitud frente a los más fuertes económica y/o militarmente o el de la mentecatez confundiendo firmeza con fuerza bruta. Y Zapatero, es evidente, se ha decantado sin reservas por aquél. Su predecesor, cuando este país estaba desperezando e incorporándose a Europa, dijo que le había sacado del rincón de la Historia. Pero fue justamente para meterle en otro también oscuro. Zapatero, con su discurso ante la ONU le ha puesto de nuevo en su sitio. La otra España, después de retiradas las tropas, de aquel infierno, ha lucido por fin. La voluntad, buena o mala, y las miras, altas o rastreras, es lo único que cabe atribuirse en pleno a un líder. Lo que se haga y salga después, apenas es ya cosa de él... Y tanto la buena voluntad como las alta miras fueron el leit motiv de Zapatero. Y si encima a él personalmente se debe agradecer la retirada de las tropas poniendo fin aquí a esta pesadilla, no cabe duda de que Zapatero ha ido más allá del político de partido para convertirse en estadista. Cuando la sombra de una guerra atómica se cierne sobre el mundo, lo que el mundo necesita no son jefes charlatanes y matones, sino gentes sencillas y conscientes de su altísima responsabilidad, aunque en parte fuera nominal, ante los peligros reales -no los histéricos- que nos acechan, para ahuyentarlos o mitigarlos. Y Zapatero ha fijado bien su juicioso sentido de las cosas. La inteligencia verdadera, sea en el líder, sea en el administrador, sea en el cabeza de familia vulgar, pasa por tres pruebas. Una, conocer las propias limitaciones, otra conocer el momento oportuno para cada cosa, y por último distinguir lo noble de lo torpe, lo ecuánime de lo aberrante. Zapatero parece haber pasado las tres, y en política exterior y a través de su discurso ante la ONU, a mi juicio ha devuelto a este país y a los millones de ciudadanos bienpensantes, al camino recto. (Por cierto, también Koffi Anan se ha decidido a erguir su dignidad y a enarbolar la bandera ecléctica de lo que se supone representa, calificando de ilegal e ilegítima esta mal llamada guerra que desde hace año y medio nos tiene consternados)
Mira també: http://www.nuncamas.net/ http://www.iberica2000.org/Es/
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