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Notícies :: laboral
IZAR y Sáez Merino somos todos
24 set 2004
IZAR y Sáez Merino somos todos


Juanjo Llorente y Jorge Llácer


Rebelión
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=5133


En España, en todos los países europeos vivimos en los últimos meses una verdadera vorágine de ataques contra los trabajadores, contra el derecho al trabajo y otros derechos elementales. No pasa día sin que se anuncie una nueva deslocalización de alguna empresa hacia países dónde la mano de obra es más barata. No pasa día sin que se amenace con nuevas contrarreformas, contra los derechos sociales más elementales, como en particular acaba de suceder con la propuesta de reglamento de extranjería, que ya esta generando despidos en los sectores agrario y doméstico. En estas circunstancias, no hay nada peor que cerrar los ojos y ocultar la realidad: la fuente de todas estas agresiones es la Unión Europea, sus directivas, sus tratados como el de Maastricht y la nueva “Constitución� Europea que intentan aprobar a marchas forzadas. E igualmente: ¿qué sentido tiene negar como hace Solbes (vicepresidente económico del gobierno) la financiación a la sanidad catalana y a la sanidad en todas las autonomías? ¿en nombre de qué se quiere dejar en la miseria y en la bancarrota a este sistema de salud si no es en nombre del Pacto de Estabilidad que sacraliza los privilegios de las multinacionales y del capital especulativo?

El 14 de marzo la mayoría de trabajadores y jóvenes de este país quitamos a Aznar diciendo claramente: no a la guerra, retirada de las tropas, toda la verdad sobre el 11 de marzo, alto a la política de enfrentamiento civil, alto a las agresiones contra los pueblos y en particular el pueblo vasco, alto a las contrarreformas sociales, alto al poder indiscriminado de las instituciones heredadas del franquismo y de la Iglesia. La mayoría se dirigió y se sigue dirigiendo ahora a Zapatero para plantear la necesidad de dar la vuelta a todas estas políticas antisociales. Retirar las tropas fue el primer paso y se demostró que era posible aunque, no por casualidad, nada más aplicarse esta decisión desde la UE se anunció la exigencia de devolver las subvenciones concedidas a los astilleros españoles.
IZAR y Sáez Merino somos todos


Juanjo Llorente y Jorge Llácer


Rebelión
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=5133


En España, en todos los países europeos vivimos en los últimos meses una verdadera vorágine de ataques contra los trabajadores, contra el derecho al trabajo y otros derechos elementales. No pasa día sin que se anuncie una nueva deslocalización de alguna empresa hacia países dónde la mano de obra es más barata. No pasa día sin que se amenace con nuevas contrarreformas, contra los derechos sociales más elementales, como en particular acaba de suceder con la propuesta de reglamento de extranjería, que ya esta generando despidos en los sectores agrario y doméstico. En estas circunstancias, no hay nada peor que cerrar los ojos y ocultar la realidad: la fuente de todas estas agresiones es la Unión Europea, sus directivas, sus tratados como el de Maastricht y la nueva “Constitución� Europea que intentan aprobar a marchas forzadas. E igualmente: ¿qué sentido tiene negar como hace Solbes (vicepresidente económico del gobierno) la financiación a la sanidad catalana y a la sanidad en todas las autonomías? ¿en nombre de qué se quiere dejar en la miseria y en la bancarrota a este sistema de salud si no es en nombre del Pacto de Estabilidad que sacraliza los privilegios de las multinacionales y del capital especulativo?

El 14 de marzo la mayoría de trabajadores y jóvenes de este país quitamos a Aznar diciendo claramente: no a la guerra, retirada de las tropas, toda la verdad sobre el 11 de marzo, alto a la política de enfrentamiento civil, alto a las agresiones contra los pueblos y en particular el pueblo vasco, alto a las contrarreformas sociales, alto al poder indiscriminado de las instituciones heredadas del franquismo y de la Iglesia. La mayoría se dirigió y se sigue dirigiendo ahora a Zapatero para plantear la necesidad de dar la vuelta a todas estas políticas antisociales. Retirar las tropas fue el primer paso y se demostró que era posible aunque, no por casualidad, nada más aplicarse esta decisión desde la UE se anunció la exigencia de devolver las subvenciones concedidas a los astilleros españoles.

¿Qué significa, entonces, invocar hoy la “Constitución� europea como solución y salida para los trabajadores y pueblos de España, como hacen los principales sindicatos y partidos? Ningún trabajador, ningún sindicalista, ningún militante de izquierdas puede entender que un tratado constitucional como el que se presenta pueda tener nada de positivo cuando instaura la desindustrialización, el desmantelamiento de los servicios públicos y de los derechos sociales contenidos en el estatuto de los trabajadores e incluso en los tratados internacionales de derechos humanos.

Esta supuesta constitución niega la ayuda del Estado a las empresas y por tanto condena a muerte a sectores enteros de la economía, como ocurre con los astilleros IZAR, igual que también sucede en estos momentos con el grupo valenciano de empresas Saez Merino, dispuesto a liquidar sus factorías de Ayora, Torrent, Carcaixent y Casas Ibáñez y enviar 548 trabajadores al paro, por no hablar de las otras muchas empresas y puestos de trabajo vinculadas a las mismas.

Ante esta situación, el movimiento obrero, los sindicatos y partidos que se reclaman del mismo, no pueden sino plantearse el mismo dilema que el gobierno socialista de Zapatero está obligado ahora a resolver: ser fieles al mandato de la mayoría, a las reivindicaciones y derechos conquistados después de la muerte de Franco o aceptar ser los portavoces de los intereses de las multinacionales.

No caben medias tintas porque es mucho lo que hay en juego, ni fáciles “cabeza de turco� como ocurre ahora con IZAR. Zapatero retiró las tropas de Irak por un imperativo ineludible. Ahora, frente a las buenas palabras y mejores intenciones, frente a las negociaciones en curso basadas en la doctrina del “mal menor�, sólo la unidad y la movilización de los trabajadores junto con sus organizaciones de base puede inclinar la balanza. Toca ser firmes: no a las reconversiones, no a las privatizaciones, ni un solo despido.

El No a la “Constitución� Europea, la ruptura con el Tratado de Maastricht y las directivas de Bruselas determina ya en estos momentos la fidelidad a los intereses de los trabajadores de los pueblos de España y de una mayoría social. Porque ante la UE todos somos IZAR, Sáez Merino y el largo repertorio de empresas y sectores productivos, como los servicios públicos amenazadas por el acuerdo General de Comercio (AGCS), que también se encuentran amenazados.
Mira també:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=5133
http://www.nuncamas.net/

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Sindicat Terrassa