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Notícies :: corrupció i poder
La causa de la causa
01 set 2004
Y luego dirán que el pueblo estadounidense no tiene la culpa de lo que viene sucediendo en el mundo...
Hay un aforismo jurídico que dice: la causa de la causa es la causa del mal causado...

Se necesita ser necio o depravado, o ambas cosas a la vez, para apoyar y aun aclamar, como a Cristo, a un tipo y a sus compinches que han engañado a su país de una manera tosca y lo han intentado con el resto del mundo. El resto del mundo... que no se ha dejado engañar, sino que ha tenido simplemente que dejarse apabullar para no convertirse en aliado militar de Irak y hacer frente en esa guerra a esta canalla.

En las elecciones generales estadounidenses una parte de la facción está celebrando actualmente un aquelarre, un ritual de baile alrededor de la hoguera de Irak y Afganistán, previo al auto de fe en que se van a convertir las próximas Elecciones. El olor a sangre ajena, no por lejano menos intenso, se ve palpablemente que a medida que se acercan los comicios de noviembre, enardece y enfurece más a un pueblo que holga tranquilamente en retaguardia y que no va a sufrir daño significativo alguno después del que le infligieron muy probablemente los mismos que ahora aclama para justificar lo que luego han hecho, y el que le quieran volver a infligir si fuera necesario por la eventual marcha adversa de las previsiones electorales... Sangre ajena, pues la inmensa mayoría de caídos por la patria que retorna en ataúdes a ella, son en realidad aventureros marginales o extranjeros. Aventureros contratados, mercenarios, negros, hispanos y desgraciados de toda especie: la clase de levas que siempre tienen disponible los imperios. Por eso, a esa parte del pueblo que ahora festeja anticipadamente a sus cabecillas, le deja por completo indiferente la suerte individual que sufran los componentes de sus propias tropas...

Una parte de la facción... Pero la parte que decide, no la otra, no la víctima de los dictadores democráticos que ordenan detener en una manifestación, como la de ayer, a 900 de ellos que ya no podrán votar. Pues ya tomaron precauciones también sobre este asunto: cualquier detención, aunque luego el detenido sea puesto en libertad sin cargos, inhabilita para el voto. ¡Menudos son! ¡Con lo que han aprendido estos vaqueros no de la lectura, sino de su propio cine! El caso es que el emperador y sus compinches dieron un golpe de mano en aquel país el año 2000, y no se piense que vayan a soltar la presa fácilmente...

Una parte de la facción... La parte que ha cerrado filas en torno a la causa siniestra del poder absoluto ejercido de manera absoluta y en desprecio del resto del mundo que ni siquiera esa parte sabe que existe. La parte de la facción a la que le importa un bledo la degradación de la biosfera, la laminación de los países, la muerte de millones de personas de una tacada o a plazos, porque lo único que le interesa es seguir viviendo de energía gratis. La parte de la facción que no mira jamás hacia fuera porque, como para los antiguos griegos el mundo era sólo Grecia, el planeta se reduce para ella a las cuatro paredes de sus cincuenta Estados y al espacio exterior que tan profusamente visitan.

Kerry, otro que tal baila por sus antecedentes belicistas turbios también, con sus seguidores, me temo va a tener que contentarse con ser caballo colocado. Aquello no tiene ya salida. Es, o lo peor o lo menos malo...

La necedad y perversión de la raza humana suele concentrarse cada equis tiempo en grado superlativo en una sola. Y el entusiasmo ayer en la primera jornada de la mascarada de la convención de esa facción, nos recuerda las aclamaciones que dispensaba al Führer primero en Weimar y después en Berlín. Un entusiasmo que, si Dios no lo remedia, pronto convertirá la vida en el planeta en un lugar donde la guerra permanente, allende la metrópoli, será un hecho –Irán, entre Afganistán e Irak, será el país siguiente; una guerra permanente prometida por el que se calificó a sí mismo como war president, es decir, el mismísimo demonio. Un demonio que se dispone a renovar el mandato del que se apropió arteramente con la colaboración de una Justicia por otra parte tan sospechosa como todo lo demás en el imperio...

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Comentaris

Re: La causa de la causa
03 set 2004
Si es que está lleno de judíos cabrones!!
Pero bueno matar musulmanes no esta tán mal. ^^
¡¡Arriba España!!
Sindicat Terrassa