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Notícies :: globalització neoliberal : guerra
[Convenció Republicana]:Hacia la Convención Nacional Republicana. Naomi Klein
30 ago 2004
La coalición Unidos por la Paz y la Justicia declaró que "este año hay dos momentos clave en los que la gente en Estados Unidos tendrá oportunidad de enviar un resonante mensaje de oposición a la Agenda de Bush: el 2 de noviembre y el 29 de agosto en Nueva York". La autora opina que "no hay posibilidad de que la agenda de guerra de Bush pueda ser rechazada el Día de la Elección, porque John Kerry promete continuar, y hasta fortalecer, la ocupación militar en Irak (...) sólo hay una oportunidad en la que los estadunidenses podrán expresar su rechazo total a la guerra: en las calles, fuera de la Convención Nacional Republicana"
Hacia la Convención Nacional Republicana
Naomi Klein
La Jornada


Llevo una semana en Nueva York, mirando a la ciudad prepararse para la Convención Nacional Republicana y las protestas que la acompañarán. Mucho es predecible: histeria en la prensa amarillista sobre un estado de sitio anarquista; policías que presumen sus nuevos juguetes para controlar muchedumbres; feroces debates sobre si las manifestaciones dañarán a los republicanos o sin querer los ayudarán.

Lo que me sorprende es lo que no hay: Najaf. No está en ningún lado. Día tras día, las bombas y los tanques estadunidenses se acercan cada vez más al mausoleo del imán Alí, se informa que dañaron las paredes exteriores y arrojaron metralla al patio; a diario, mueren niños en sus hogares mientras los soldados estadunidenses infligen un castigo colectivo a la ciudad sagrada; a diario, más cuerpos son molestados con los pisotones de los soldados estadunidenses en el cementerio del Valle de la Paz, sus botas se resbalan dentro de las tumbas cuando usan las lápidas como cubierta.

Seguro, los combates en Najaf llegan a los noticiarios, pero no vinculados a la elección. En vez, son relegados al estatus de un lejano y espinoso conflicto étnico, como Afganistán, Sudán o Palestina. Aun dentro del movimiento contra la guerra, los eventos en Najaf son escasamente visibles. La "entrega del poder" funcionó: Irak se ha vuelto el problema de alguien más. Es cierto que la guerra está en el centro de la campaña electoral –pero no de Irak. La discusión se centra en lo que pasó en los botes Swift hace 35 años, no sobre lo que se dejó caer desde los bombarderos estadunidenses AC-130 esta semana.

Pero mientras Vietnam acapara demasiado espacio en esta campaña, me descubro pensando en las palabras del veterano de Vietnam y novelista Tim O’Brien. En una entrevista para el documental realizado en 1980, Vietnam: la guerra de los 10 mil días, O’Brien dijo: "Mi estancia en Vietnam es una memoria de absoluta ignorancia, y me refiero a absoluta ignorancia. No sé el idioma. No me podía comunicar con los vietnamitas más que en un inglés rudimentario. No sabía nada acerca de la cultura de Vietnam. No sabía nada sobre la religión, las religiones. No sabía nada acerca de la comunidad aldeana. No sabía nada sobre las metas de la gente, si estaban a favor de la guerra o en contra... no tenía conocimiento sobre lo que quería el enemigo... y compensé esa ignorancia de un montón de maneras, algunas eran maneras malvadas: haciendo explotar cosas, quemando chozas por la frustración de ser ignorante y no saber dónde estaba
el enemigo".

Podría haber estado hablando del Irak actual. Cuando un ejército extranjero invade un país del cual prácticamente no conoce nada, hay bastante brutalidad intencional, pero también hay el no intencionado barbarismo de la ciega ignorancia. Comienza con desaires culturales y religiosos: soldados entrando de manera tempestuosa en un hogar, sin darle oportunidad a las mujeres para cubrirse las cabezas; botas militares paseándose en las mezquitas que nunca habían sido tocadas por suelas de zapatos; una señal de mano mal interpretada en una caseta con consecuencias mortales. Y ahora Najaf. No se trata sólo de que los sagrados lugares de entierro son profanados con sangre fresca; sino de que los estadunidenses parecen no darse cuenta de lo profundo de esta ofensa, y de las repercusiones que tendrá durante décadas. El mausoleo del imán Alí no es un lugar sagrado común y corriente, es el equivalente chiíta de la Capilla Sixtina. Najaf no es una ciudad iraquí más, es la ciudad de los muertos, donde los cementerios parecen no tener fin, un lugar tan sagrado que todo devoto chiíta sueña con ser enterrado ahí. Y Moqtada Sadr y sus seguidores no son un grupo de terroristas genérico más que busca matar estadunidenses; su oposición a la ocupación representa el abrumador sentimiento generalizado en Irak. Sí, si fuese elegido, Sadr intentaría convertir a Irak en una teocracia como Irán, pero por ahora sus demandas son elecciones directas y el fin de la ocupación extranjera.

Comparen la humildad de O’Brien con la altanería expresada por Glen Butler, un mayor en los marines, cuyo artículo de opinión del 23 de agosto en The New York Times parece haber sido escrito por Karl Rove [asesor estrella de Bush]. Butler se jacta de que a pesar de que ha estado en Irak durante poco más de un mes, "conoce un poco sobre el califa, sobre los cinco pilares y sobre Alá". Y explica que los vuelos rasantes sobre los cementerios de Najaf, no exacerban el odio anti-estadunidense en el mundo árabe, sino que "atacan la fuente de la amenaza". El piloto alegremente descarta a sus enemigos y los califica de luchadores extranjeros y ex baatistas, y de ser "algunos iraquíes frustrados que se preocupan de que la cultura Wal-Mart transgreda su barrio".

Es difícil saber por dónde comenzar. El ejército Mahdi que Butler ataca está compuesto por ciudadanos iraquíes, no extranjeros. No son baatistas, eran los más oprimidos bajo el régimen de Saddam y vitorearon su derrocamiento. Y no están preocupados de que Wal-Mart vaya a tomar por asalto su barrio, están enfurecidos porque no tienen electricidad ni plantas tratadoras de agua a pesar de los miles de millones de dólares prometidos para la reconstrucción.

Antes de que los seguidores de Sadr comenzaran su levantamiento, demandaron elecciones y el fin de la ocupación mediante sermones, protestas pacíficas y artículos periodísticos. Las fuerzas estadunidenses respondieron: clausuraron sus diarios, abrieron fuego sobre sus manifestaciones y bombardearon sus barrios. Fue entonces que Sadr emprendió la guerra contra la ocupación. Y cada tiro lanzado desde el helicóptero de Butler no hace que Des Moines y Santa Mónica estén más seguros, como afirma. Hace que el ejército Mahdi se fortalezca.

Mientras escribo esto, días antes de la Convención Republicana, el plan para manifestarse parece expresar una indignación generalizada sobre Irak, decir "no a la guerra" y "no a la agenda de Bush". Este es un mensaje importante, pero no es suficiente. También necesitamos escuchar demandas específicas acerca de poner fin al desastroso estado de sitio en Najaf, y apoyo inequívoco a los iraquíes que están desesperados por que haya democracia y por que finalice
la ocupación.

[La coalición] Unidos por la Paz y la Justicia declaró que "este año hay dos momentos clave en los que la gente en Estados Unidos tendrá la oportunidad de enviar un resonante mensaje de oposición a la Agenda de Bush: el 2 de noviembre y el 29 de agosto, en la ciudad de Nueva York". Tristemente, no es así: no hay posibilidad de que la agenda de guerra de Bush pueda ser claramente rechazada el Día de la Elección, porque John Kerry promete continuar, y hasta fortalecer, la ocupación militar en Irak. Lo cual significa que sólo hay una oportunidad en la que los estadunidenses podrán expresar su rechazo total a la guerra en Irak: en las calles, fuera de la Convención Nacional Republicana. Es hora de llevar Najaf a Nueva York.

(Traducción: Tania Molina Ramírez. Copyright Naomi Klein 2004. Una versión de este texto fue publicado en The Nation –www.thenation.com)

Naomi Klein es autora de No Logo y Vallas y ventanas
Mira també:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=3927

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Comentaris

[Convenció Republicana]:Decenas de protestas contra la realización de la Convención Republicana
30 ago 2004
Decenas de protestas contra la realización de la Convención Republicana


David Brooks y Jim Cason
La Jornada
Mientras la policía, la Guardia Nacional, guardacostas y el Servicio Secreto vigilan mar, cielo y tierra en un operativo de seguridad que impone un virtual estado de sitio en el centro de la ciudad, con el consiguiente arresto de cientos de ciclistas y activistas que se atreven a colocar mantas contra el presidente estadunidense o desnudarse contra la deuda externa y el sida, estalla aquí un festival de resistencia por la libertad.

Decenas de acciones de protesta, que ya se realizan y que están programadas durante esta próxima semana para expresar el repudio a las políticas de George W. Bush, son sólo parte de esta celebración de resistencia.

Hoy, unas 20 mil de mujeres cruzaron el puente de Brooklyn en defensa de los derechos básicos, inclusive el del aborto. Poco después, cientos rodearon la "zona cero" -donde se encontraban las Torres Gemelas, derribadas el 11 de septiembre de 2001- para hacer sonar campanas en alerta por la llegada de los republicanos para su Convención Nacional.

La idea es hacer sonar 2 mil 749 campanas, una por cada víctima de las Torres Gemelas, pero también para manifestar su oposición que se haga la guerra en su nombre y, por tanto, "dar el campanazo para el fin del gobierno del presidente Bush".

Por otro lado, se realizó un festival ambientalista organizado por el Partido Verde, en Washington Square. En el Parque Central, en una exhibición llamada Ojos abiertamente cerrados, se mostraron 927 pares de botas de soldados distribuidas alrededor de la fuente Cherry Hill, cada una marcada con el nombre de un militar estadunidense que ha muerto en combates en Irak.

En los próximos días hay conciertos, mítines, teatro callejero, marchas y foros sobre toda una gama de temas, desde derechos de los inmigrantes a mujeres, juventud, veteranos militares contra la guerra, ambientalistas y defensores de derechos civiles.

Pero al ser una autoproclamada capital universal de la cultura, no faltan los artistas. El Festival Imagine realizará más de 200 encuentroos durante los próximos seis días como respuesta de la comunidad artística a la Convención Nacional Republicana, y de-clarar así que así se establecerá una "zona de libre expresión" en respuesta a las políticas represivas de la administración Bush y el clima político que ahora impera en esta ciudad.

Desde poetas, artistas de hip hop, pintores, caricaturistas, danzantes, actores y cómicos ofrecerán sus versos, música, baile, teatro, fotografías, películas y humor como refugio y resistencia a los republicanos (para mayor informacion: www.imagine04.org).

Habrá hasta enfrentamientos musicales: mientras que la banda sureña Lynyrd Skynyrd ofrecerá este domingo un concierto para delegados a la convención republicana en el antro Crobar, justo a una cuadra de ahí Boy George, Lou Reed y Moby estarán realizando una "fiesta de despedida" dedicada al mandatario.

Habrá más fiestas de figuras del mundo cultural y de los espectáculos contra Bush, compitiendo con fiestas para los republicanos a lo largo de la semana.

Las calles empiezan a llenarse de activistas y gente de conciencia que llega desde California, Texas, Carolina del Norte y Ohio, desde todos los puntos del país, para participar en este gran festival.

Hay veteranos de guerra, veteranos de los movimientos por la paz, junto con jóvenes cuya participación será su primera experiencia en protestas, además de líderes de movimientos de derechos civiles, anarquistas (claro, vigilados de cerca), religiosos, sindicalistas, de-mócratas y verdes.

En fin, todo un mosaico que se vuelve coherente y unido en torno al repudio a las políticas de Bush y en su demanda por un futuro diferente (no necesariamente re-presentado por el candidato de-mócrata, John Kerry).

Las grandes ausentes

Aquí, justo en medio de la operación de seguridad más extensa que se haya montado para una convención de un partido político, con todo vigilado, en un clima de temor nutrido cada día por las autoridades, y justo bajo la sombra de las Torres Gemelas ausentes, nace una vez más esa sensación de felicidad, de emoción, de jubilo al poder expresar, junto con miles de personas más, un "basta ya" a las políticas domésticas e internacionales de este gobierno

Al parecer, lo anterior ya ha tenido efecto. Los activistas insisten que no serán intimidados por las amenazas de arresto y medidas de seguridad, y saben que, según las encuestas más recientes, una gran mayoría de los neoyorquinos apoyan su derecho a expresarse.

Pero al parecer los espantados son algunos republicanos: una co-lumnista del periódico Union Leader, de Nuevo Hampshire escribió hace una semana, en un artículo publicado en el sitio oficial de In-ternet del Partido Republicano, que activistas en Nueva York tienen planes para inundar con ra-tones las sedes donde se encuentren dirigentes republicanos, disfrazarse de voluntarios de ese partido y dar direcciones falsas a los delegados que vienen de otros estados y echarles pays en la cara.

También, que prostitutas con sida intentaran seducir a delegados, llamando a los que "odian" a los republicanos con el calificativo de "manifestantes-terroristas".

Claro, las autoridades insisten en que lo único que desean es que todos tengan derecho de expresarse libremente, siempre y cuando no violen la ley y no promuevan actos de violencia política.

Pero aunque el evento oficial se llama Convención Nacional Republicana, aquí la fiesta estará en las calles.

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=3937
Sindicato Sindicat