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Entrevista :: educació i societat : mitjans i manipulació
La infància i els mitjans de comunicació. Entrevista a Neil Postman.
29 ago 2004
A continuació publico una entrevista molt interessant sobre el que està passant amb els nens i les nenes a la societat de la informació en la que vivim sotmesos. La font és: http://www.educared.org.ar/contenidos/2002/ER2002_12_09/05_entrevista.as

Televisión y niñez. ¿Desaparición de la infancia?
           
           

Desde la segunda mitad del siglo XX, los medios electrónicos de comunicación, especialmente la televisión, se convirtieron en uno de los principales consumos culturales y sociales. Desde ese momento, médicos, educadores, psicólogos y docentes comenzaron a ocuparse de las implicancias que este fenómeno podía tener entre los niños.

Uno de los investigadores que más trabajó en este campo es Neil Postman, pedagogo y teórico de la Comunicación. Actualmente, Postman es jefe del departamento de Comunicación, Artes y Ciencias de la New York University, Estados Unidos, y es autor de, entre otros, Technopoly, Divirtiéndonos hasta la muerte, La enseñanza como una actividad subversiva, El fin de la educación. Uno de sus libros más difundidos es La desaparición de la infancia.

Fundación Leer: ¿Cuándo y por qué comenzó a interesarse en la relación entre los medios y la infancia?

Neil Postman: Yo empecé mi carrera como maestro de primaria, enseñaba en sexto grado a chicos de 11 años. Siempre estuve interesado en los chicos y luego empecé a interesarme en otras cosas. Pero desde ese momento, en ese primer contacto con los más chicos, pude darme cuenta de que los medios, especialmente la televisión, estaban teniendo una gran influencia en el desarrollo de los chicos. Por eso mi interés por los niños y los medios siempre estuvo allí. Yo escribí mi libro La desaparición de la infancia (Dissapearence of Chilhood) en 1982, pero ese es un libro del cual supe, muchos años antes de escribirlo, que iba a tener que escribirlo.

F. L.: La televisión nació en Argentina en los años ‘50 y se estableció de manera más fuerte en los ‘60. Desde ese momento empezaron a surgir teorías que hablaban de la relación entre infancia y televisión. Por un lado, estaban aquellos que veían en la televisión un medio con influencia negativa en las conductas de los chicos, y por otro, quienes creían que la televisión iba a ser un medio capaz de democratizar y llevar información y conocimiento a quienes no podían acceder de otra forma. ¿Cuáles son las principales opiniones al respecto en Estados Unidos?

N. P.: Yo no digo que no haya algunos aspectos positivos de la televisión, pero en Estados Unidos, y sospecho que lo mismo ocurre en Argentina, la función de la televisión es vender audiencias a los anunciantes. Eso es todo. Puede haber algo en la televisión que sea positivo para toda la población en general, pero en su mayor parte la televisión está completamente bajo el control de los intereses de las corporaciones. Por lo tanto, lo que debemos tener en cuenta cuando se habla de la televisión norteamericana, es que está diseñada para captar los intereses de grandes audiencias para que las cadenas televisivas puedan vender esas audiencias a las empresas anunciantes.

Un gran porcentaje de los jóvenes americanos ha visto a los 21 años 650.000 publicidades comerciales por televisión. Lo que los anuncios dicen a los chicos es que todos los problemas son solucionables, lo cuál nosotros sabemos que no es cierto, que todos los problemas son solucionables rápidamente, lo cuál también sabemos que no es cierto, y que todos los problemas pueden solucionarse rápidamente comprando algo, un auto, ropa, juguetes o cualquier cosa, y nosotros sabemos que eso tampoco es cierto.
Los chicos ven 650.000 comerciales que les dicen cosas que no son ciertas. No es una muy buena idea.

F. L.: ¿Usted cree entonces que hay una influencia directa entre lo que los chicos, y también los grandes, ven en televisión y sus comportamientos o conductas?

N. P.: Bueno, los investigadores han intentado por más de 50 años encontrar las conexiones entre el mirar televisión y sus efectos. Nos dimos cuenta de que eso es algo muy difícil de hacer porque la televisión no es la única influencia sobre los chicos, entonces es difícil separar los efectos de la televisión de los de la música o de otras cosas.

Pero encontramos algunas cosas. Encontramos que hay una correlación entre lo que llamamos heavy TV viewers, (aquellos que miran muchos programas de televisión con contenidos violentos) y violencia posterior. Hubo además más de 3000 o 4000 estudios que intentaron refutar esta hipótesis, pero yo creo que hoy por hoy, la mayor parte de los investigadores acepta que hay una conexión entre el mirar mucha televisión violenta y los comportamientos agresivos. Hay, también, otras conexiones entre el mirar televisión y el comportamiento de los chicos, pero es un punto muy difícil de probar.

F. L.: En ese caso, ¿cuál es el rol de los padres? ¿Cómo intervienen o cómo deberían intervenir en esa relación?

N. P.: Sí, yo creo que los padres pueden jugar un rol fundamental en proteger a los chicos de algunas de las consecuencias negativas de la televisión. Pero el problema es que los padres no están en sus casas. Por estos tiempos, al menos aquí en Estados Unidos, trabajan fuera la casa los padres y también las madres. Ambos están trabajando, entonces es difícil para ellos controlar las experiencias mediáticas de sus hijos.

Hubo algunas propuestas aquí en EEUU, para tratar de ayudar a los padres en esto a través de un chip para bloquear cierto tipo de programas, pero yo no creo que eso sea demasiado beneficioso para nadie.

F. L.: Existe toda una corriente de investigadores latinoamericanos que proponen la idea de “educación para la recepción� o “crítica de medios�. En los últimos años, hubo un auge importante de esta tendencia en Argentina. ¿La escuela debe cumplir alguna función específica en este sentido?

N. P.: Bueno, yo he dedicado una gran parte de mi carrera a analizar cómo puede la escuela ayudar a los chicos en su relación con los medios. Pero en realidad, recién hace un tiempo que los educadores han comenzado a tomar a la televisión en serio en Estados Unidos. Cuando digo tomar en serio me refiero a llevar la televisión al aula como un objeto de estudio, para mirar por ejemplo los comerciales y ver cómo funcionan, cuál es su punto de vista, para mirar los noticieros y compararlos. En otras palabras, yo creo que la escuela debe tomar a la televisión bien en serio, como una materia, como se estudia literatura.

En Estados Unidos hemos empezado a hacer esto, pero lleva mucho tiempo. La mayor parte de los maestros, cuando hablan de usar la televisión, suelen referirse a la televisión educativa y cultural. En general esa es la televisión que usan en las aulas. Ese no es el punto, la idea es ver los programas que todos ven en sus casas, incluyendo los comerciales y enseñar o ayudar a analizar esa programación.
De todas formas eso se está haciéndose aquí en EEUU, es lo que se llama Media Literacy (alfabetización mediática), que incluye no sólo la televisión sino también otros aspectos de la cultura.

F. L.: En “La desaparición de la infancia� usted explica cómo la imprenta y la prensa escrita se convirtieron en un factor fundamental para la construcción de la idea de infancia, y cómo los medios electrónicos están colaborando en su desaparición. Cuando usted escribió ese libro, en 1982, por medios electrónicos se refería básicamente a la televisión. ¿Cuál sería la situación a partir de la aparición de Internet?

N. P.: Mi argumento fue en ese momento que la imprenta ayudó a crear la idea de infancia, porque creó una nueva idea de adulto. El adulto debía saber leer. Para fines del siglo XVIII, comenzaron las escuelas y los niños fueron sacados de sus casas para ingresar en la escuela, donde el objetivo era enseñarles a leer, lo que quería decir enseñarles cómo convertirse en adultos. La televisión daña esa idea porque hace accesible a todas las personas todos los secretos de la cultura, secretos políticos, secretos de la medicina, secretos de la sexualidad, todo es accesible y uno no necesita saber leer para acceder a eso. Por eso, digo que la televisión socava la idea de infancia.

Las computadoras también convierten en absolutamente accesibles la totalidad de los secretos del mundo adulto. Por extensión, no creo que Internet ayude a la idea de infancia, sino que continúa trabajando en la erosión de esa idea.

F. L.: Cuando se piensa en información y en medios masivos, el concepto de acceso está generalmente connotado de manera positiva. Desde el ámbito educativo, muchas veces se piensa que Internet es una herramienta que permite a los chicos un importante acceso a cantidad de información que no obtendrían de otra manera, y que eso puede ser beneficioso para el aprendizaje si la escuela sabe aprovecharlo.

N. P.: En general, mi idea es que ahora muchos de los problemas están solucionados. Nosotros tenemos una gran cantidad de información disponible a través de una gran cantidad de medios. El problema no es ya cómo acceder a la información sino cómo controlar, cómo hacer un buen uso de la información. Creo que es necesario cambiar el eje de la cuestión. Todo el mundo dice “¡qué maravilloso, las computadoras e Internet son maravillosos porque te permiten acceder a más cantidad de información, más fácilmente!� ¿Qué es lo tan maravilloso de esto? Quiero decir, ¿eso ayudará a detener el hambre en el mundo?, ¿ayudará a detener la violencia?. Tener más y más información no es más la solución para nada. A principios del siglo XIX esa era la cuestión, ¿cómo obtener más cantidad de información, para más gente y de manera más rápida? Trabajamos en ese problema por más de 150 años, y ya está resuelto.

La cuestión ahora no es cómo hacer llegar más información a más gente, ya sabemos cómo hacerlo. Ahora tenemos que educar a la gente para que pueda diferenciar la información significativa de la que no lo es y, además, pueda saber cómo controlar su tiempo frente a la información. Yo no sé exactamente cómo debe hacerse esto, pero creo que ahí está el punto clave.

F. L.: En La Desaparición de la infancia usted proponía que los medios electrónicos, a través de esa apertura de los “secretos del mundo adulto�, estaba dando lugar a la pérdida de la inocencia en la infancia y que eso era lo que concretaba su desaparición. ¿Qué puede decirse 20 años después?

N. P.: Yo creo que mi interpretación de ese momento sigue siendo perfectamente aplicable. No creo haberme equivocado. En primer lugar, acá en Estados Unidos, pero probablemente en Argentina también, las diferencias entre los chicos y los adultos han desaparecido. Los chicos usan la misma ropa que los adultos, eligen las mismas películas, los mismos programas de televisión, comen la misma comida y hasta los comportamientos sexuales de los más jóvenes son similares a los de los adultos. La televisión y ahora también Internet, son las que hacen accesible a los más chicos todas las cosas que solían ser propiedad del mundo adulto. Como consecuencia los chicos pierden su inocencia.

F. L.: Si bien ese argumento es coherente y muy propicio para analizar el tema en muchas sociedades, también es necesario tener en cuenta otros factores para hablar de la pérdida de inocencia o de la desaparición de la infancia. Es decir, en Argentina, por ejemplo, o en muchos otros países o ciudades de Latinoamérica, los chicos acceden a los secretos del mundo adulto o se parecen más a los adultos porque, por ejemplo tienen que trabajar a los 6 años como un adulto, o deben dormir junto con los adultos, o participan en actos de violencia o delincuencia, etc.

N. P.: Es un buen punto. En Estados Unidos, si uno retrocede hasta fines del siglo XIX o principios del XX, sólo el 20% de los chicos de 12 años iban a la escuela, mi padre dejó la escuela a los 11 años porque tuvo que ir a trabajar. Esa gente no tuvo una verdadera infancia.

Pero en el siglo XX eso cambió en Estados Unidos. Si todavía hay muchos chicos en Argentina o en otros lugares que todavía tiene que ir a trabajar o vivir esas situaciones, seguramente ellos también han perdido su infancia.

Entrevista: Valeria Dotro
Mira també:
http://www.educared.org.ar/contenidos/2002/ER2002_12_09/05_entrevista.asp

This work is in the public domain

Comentaris

"La desaparició de la infantesa". Neil Postman
29 ago 2004
Aquest és el llibre, de 1982 en el que l'autor proposa els seus plantejaments.

Salut!
Sindicat Terrassa