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Euskal Jai: escuela de pelota, vida y rebeldía
29 ago 2004
Con la demolición del frontón de remonte Euskal Jai se han derrumbado muchas cosas. Ha caído para siempre un siglo de historia , recuerdos, sueños, bullicio, ilusiones, vociferio, música, humo de habanos y farias, emociones, apología de la lucha por la libertad... Las omnipotentes máquinas han dado al traste con columnas modernistas de hierro forjado, pilares, muros, paredes, tejados...
Entre el polvo de los escombros suben las imágenes en blanco y negro de los pelotaris de otra época cuyas fotografías permanecían colgadas de las paredes del patio interior del frontón. Entre ellos el mítico “Mago de Arróniz� y con él muchos otros remontistas, manomanistas y palistas que habían pasado por la escuela de pelota Euskal Jai.

En 1.994 un grupo de jóvenes inquietos de Iruñea entraron en el abandonado Euskal Jai y rescataron a éste del letargo en el que vivió los 17 años que había permanecido vacío, cerrado, inactivo y abandonado, presa de jeringuillas y telarañas. Con la ocupación se truncó la intención de la empresa propietaria Euskal Jai S.A de construir viviendas u oficinas con ánimo lucrativo y lo que había sido un espacio expuesto a la especulación y al negocio de unos pocos pasó a ser catalogado de uso dotacional para el vecindario. Con la ocupación se recuperó y revitalizó este solar. La escuela de pelota, definitivamente clausurada en el año 1977 resurgía de sus cenizas transformándose esta vez en escuela de vida.

Las personas que a lo largo de estos diez años hemos pasado por el Euskal Jai hemos aprendido a comunicarnos , dialogar, debatir, cooperar con el resto, escuchar diferentes opiniones, respetar a otras personas, rechazar actitudes sexistas y homófobas, esperar nuestro turno para hablar, ser consciente de que todo el mundo tiene algo que decir, organizar, construir, reciclar, reutilizar, un sinfín de habilidades, equivocarnos, y, en definitiva, a esforzarnos a encontrar un consenso que priorice el bien común sobre los intereses particulares de cada cual. Todo esto sólo se puede aprender en una escuela de la vida, en un espacio como éste, autogestionario y asambleario sin jerarquías, autoridades ni burocracias.

Las mejoras cualitativas y cuantitativas realizadas durante estos diez años hablaban por sí mismas y legitimaban la estancia de quienes habían posibilitado el resurgimiento de un lugar que no aportaba al vecindario más que suciedad y pestilencia. Sería imposible cuantificar el número de horas de trabajo invertidas sin cobrar un duro por cientos de jóvenes que sienten que la comodidad no es el fin supremo de esta vida y que el verdadero bienestar no llega ni a través de la pasividad ni la delegación en terceras personas que piensan, hablan y deciden por ellas y ellos. Es asímismo imposible cuantificar el dineral gastado durante todo ese tiempo en material de obras, conseguido a través de txoznas y tabernas autogestionarias, sin robar ni un duro del erario público. Esto ha sido posible gracias a la filosofía no consumista que reinaba en el Gaztetxe donde la reutilización y el reciclaje eran una práctica constante. Comprendemos que un Consistorio acostumbrado al despilfarro del dinero público no entienda que esto pueda ser realidad.

El Euskal Jai, como lugar vivo que es, crece, cambia se transforma y evoluciona aprendiendo del pasado y siendo un puente vivo entre el presente y el futuro. A la última etapa del Euskal Jai le correspondía la plaza pública. Esta pasó a ser tras su apertura un lugar de encuentro intergeneracional y de mezcla de gentes diferentes, tan necesaria en una sociedad donde todo está fragmentado , compartimentado y dividido.

Y aquí llegamos al meollo de la cuestión. La verdadera razón por la que a nuestro juicio la autoridad competente se ha atrevido a meter la excavadora en este libro abierto de historia. El precedente que sienta un Gaztetxe es algo inadmisible en una sociedad en la que la democracia representativa ha reemplazado a la dictadura para que los mismos de siempre sigan mandando y mangando con toda la cobertura legal del mundo. Un Gaztetxe es una prueba de que la gente a través de la acción directa es capaz de organizarse en colectivo y poner en práctica la independencia y el autogobierno a través de relaciones horizontales totalmente al margen del Estado y del Capital.

No es casualidad que el desalojo y el derribo se hayan producido la misma mañana en la que la llave de la plaza iba a ser entregada del Gaztetxe a la Asociación de vecinas y vecinos del Casco Viejo. Estos últimos diez años la presencia de un Gaztetxe era hasta asumible por un gobierno fatxa ya que gran parte de la sociedad percibía ese lugar como un ghetto de unos cuanto jóvenes rebeldes que tal vez daban menos problemas allá confinados que sueltos en la calle.

Pero lo que no fue asumible ni por la derecha ni por la izquierda institucional era que el pasado mes de junio el embrión latente esos diez años comenzara a tomar forma cuando gaztetxeros, junto con vecinas, comparecieron en la prensa anunciando la plaza pública Euskal Jai. Una plaza abierta a todo el mundo cuya gestión iban a compartir jóvenes okupas y vecindario. Esta iba a ser una plaza pública por excelencia, un espacio comunitario en manos de la gente y al márgen de las instituciones. Esta vez iba a ser más difícil hacer creer el cuento de que unas pocas personas se estaban apropiando de lo que era de todos.

Y es aquí precisamente donde la palabra OKUPA, tan tergiversada y manipulada, rompe el ghetto al que la prensa le había confinado y traspasa barreras insospechadadas. Porque OKUPAR nada tiene que ver con usurpar. Se trata más bien de que un colectivo de gente se hace con algo que ya era suyo antes de que se lo quitaran y se reapropia de ello. Es una restitución.

La práctica de la acción y democracia directas y del funcionamiento en colectivo al margen de la autoridad estaban a punto de pasar de funcionar en un pequeño ghetto a ser asumidas por una colectividad local y a la vez universal que es la vecinal (vecinas y vecinos hay en todas partes).

Eso es lo que no podían permitir. El inicio del cambio de modelo social estaba en esa entrega de llaves. El vecindario sabía que esa plaza era algo suyo como han sido desde tiempos inmemoriales las calles y las plazas, los barrios y los pueblos, algo de la gente. Por ella planeaba el espíritu del comunal, ese espacio igualitario por excelencia aglutinador y articulador de la sociedad al margen de la propiedad privada y el estado. Ese espacio testigo de que en tiempos no muy lejanos han existido municipios autónomos con auzolan, concejos abiertos y fueros, que son las leyes vecinales elaboradas por y para las vecinas. A medida que el estado se iba haciendo fuerte iban desapareciendo estos espacios de libertad e igualitarismo. Y fueron precisamente los ayuntamientos los tentáculos del engranaje encargados de plasmar el poder del estado a nivel local.

Esto es lo que les da miedo. El virus de la autogestión no es nuevo ni lo han inventado las y los okupas. Ha sido el modo de funcionamiento de comunidades autosuficientes que han sobrevivido más o menos libremente durante siglos con la práctica de un funcionamiento comunitario.

Demoliendo el Euskal Jai destruyen las paredes parlantes testigos del pasado. Pero entre el polvo del escombro se eleva el espectro del comunal, única y verdadera garantía de poder popular. Porque aunque el frontón haya desaparecido, el espacio del comunal continúa ahí, esperando que el pueblo se reapropie de él. Y al igual que esa plaza nos esperan los parques. Y los locales. Y las calles. Y los barrios. Y las casas vacías para quién no tenga techo. Porque intuímos que éste es el inicio de una organización social descentralizada donde cada barrio y cada calle recuperarán su poder.

Gracias Euskal Jai. Con tu asesinato han despertado el movimiento popular de Iruñea sumido hace tiempo en un largo letargo. Has hecho que la OKUPACION en su sentido más amplio se haya vuelto en Iruñea algo imparable.

Idoia Hualde Sánchez
Beatriz Arana Ortiz
Cristina Megía Rodríguez
Mira també:
http://www.euskaljaigaztetxea.net/weblog/

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Comentaris

Re: Euskal Jai: escuela de pelota, vida y rebeldía
29 ago 2004
Felicitats!!!
Salut Revolució i Ocupació!!!
Sindicato Sindicat