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[ECO] Expertos aseguran que las actividades humanas están cambiando el clima
28 ago 2004
La historia de la Tierra se ha caracterizado por numerosos cambios en las condiciones climáticas. Sin embargo, el informe «Impactos del cambio climático en Europa», realizado por la Agencia Europea de Medio Ambiente, asegura que los cambios actuales no responden a variaciones naturales y apunta a las actividades humanas que producen gases de efecto invernadero como las responsables del calentamiento global y continental de estas últimas décadas. Los climatólogos europeos informan de que el cambio está afectando a la salud humana, la sociedad y el medio ambiente.
Los climatólogos del mundo se preguntan desde hace años si el calentamiento global que vive la Tierra es consecuencia de las actividades humanas o si, por el contrario, se trata de un cambio climático natural. El informe «Impactos del cambio climático en Europa», elaborado por expertos europeos y publicado hace escasos días, ofrece nuevas pruebas para asegurar que el cambio actual en las condiciones climáticas es consecuencia de actividades como el consumo de combustibles fósiles y los nuevos modelos de producción agrícolas.

Los datos dados a conocer por la Agencia Europea de Medio Ambiente reflejan que desde el principio del siglo XX la temperatura de la Tierra ha aumentado 0,7ºC y la europea 0,95ºC. Asimismo, la década de los 90 fue la más calurosa. «Estos cambios son inusuales tanto en la magnitud como en el ritmo del cambio de temperatura ­aseguran los expertos­. El calentamiento supera por mucho todas las variaciones climáticas de los últimos 1.000 años».

Y es que los cambios naturales sólo podrían explicar una parte del calentamiento que afecta a toda la Tierra. El informe lo achaca a actividades del ser humano y, más precisamente, a la intensa emisión de gases de efecto invernadero. Este tipo de gases, entre los que se encuentra el dióxido de carbono (CO2), tiene la capacidad de retener y lanzar de nuevo a la atmósfera el calor emitido por la superficie terrestre. Los principales gases de efecto invernadero son, además del CO2, el metano, el óxido nitroso y el ozono, utilizados tanto en el transporte y en la industria como en la agricultura y la construcción.

Concentración de gases

Estos gases por sí mismos no son nocivos, ya que sin ellos la temperatura media terrestre se reduciría en 34ºC, lo que haría imposible la supervivencia del ser humano. Así pues, los gases naturales de efecto invernadero, los propios de la era preindustrial, son vitales. Sin embargo, un aumento de ellos puede afectar tanto a sistemas naturales como sociales y dificultar la adaptación humana a su entorno. Los datos son esclarecedores: antes del año 1750 la concentración de dióxido de carbono era de 280 partículas por millón; hoy en día ha aumentado a 375 partículas.

Por todo eso, el cambio en las condiciones climáticas que se está dando actualmente no tendrían su origen en fenómenos naturales como la variación de la Tierra respecto al Sol, fluctuaciones en la actividad solar o erupciones volcánicas. En los últimos 400.000 años el clima terrestre ha alternado periodos glaciares con cálidos, pero en estos últimos 8.000 años de historia las fluctuaciones de la temperatura han sido muy pequeñas, menos de 1ºC por siglo. Dicha estabilidad ha posibilitado el desarrollo de actividades humanas.

Impactos estudiados

El trabajo «Impactos del cambio climático en Europa» muestra las consecuencias que está teniendo el cambio climático en distintos ámbitos, como la atmósfera, la nieve, los mares, la biodiversidad terrestre, el agua, la agricultura, la economía y la salud humana.

Según refleja el informe, uno de los impactos más visibles puede observarse en la criosfera o capa de hielo y nieve sobre la superficie de la Tierra. Y es que los glaciares están en retroceso, el océano Artico se está derritiendo y las nevadas son cada vez menos copiosas. Los expertos han podido comprobar que ocho de nueve regiones glaciares europeas han sufrido un «significante retroceso, sobre todo las alpinas, que desde 1850 a 1980 han perdido aproximadamente un tercio de su extensión». Y esta tendencia no para. Los únicos glaciares que han aumentado de tamaño son los noruegos, aunque esto podría deberse a un cambio climático puntual. En general, la extensión y duración de la nieve sobre las tierras europeas se ha reducido desde 1960.

El nivel del mar aumenta

Los océanos y los mares tampoco se salvan del impacto, tal y como explica el informe de los climatólogos europeos. El nivel de las aguas, por ejemplo, cada vez alcanza cotas más altas y en el futuro podría aumentar varios centímetros por año. Además, la superficie marina cada vez está más caliente y las especies animales y vegetales sufren cambios en su propia composición y costumbres reproductoras. Los mares más afectados son los más cerrados, como el Báltico y el del Norte, donde la biomasa del fitoplacton ha aumentado ostensiblemente. En cambio, las especies de zooplacton locales han emigrado incluso 1.000 kilómetros hacia el norte en busca de aguas más frías. Asimismo, «en el Mar del Norte han aparecido especies propias de climas más cálidos, prueba de que la temperatura del agua ha sufrido un cambio considerable», explica el informe.

Biodiversidad en declive

Sus especies hermanas de tierra firme tampoco lo tienen mejor porque el cambio lleva a varias especies de flora y fauna a buscar nuevos habitats. La migración de especies vegetales a zonas del norte de Europa ha conllevado la disminución de la biodiversidad en otras zonas del continente. Paradójicamente, el calentamiento ha conllevado que haya aumentado la supervivencia en el número de animales que pasan el invierno en Europa y los climatólogos consideran «posible que continúe esta tendencia las próximas décadas». Sin embargo, el informe también recoge datos positivos como, por ejemplo, la gran cantidad de dióxido de carbono que las plantas han recogido. Esto supone que la concentración de CO2 en la atmósfera no sido tan importante como se esperaba.

Aumento de la cosecha

El informe publicado recientemente explica las diferentes formas en las que el cambio climático afecta a la agricultura. El incremento de CO2 y el consecuente aumento de las temperaturas curiosamente «podría posibilitar el adelanto de la época de siembra, así como la mejora y el incremento de la cosecha». Por contra, el calor exige mayor cantidad de agua, de ahí que la cosecha se verá significativamente reducida en zonas calurosas, secas o con insuficiente abastecimiento de agua. «Todo ello ­explican los climatólogos­ motivará un movimiento de la agricultura hacia zonas del norte».

El cambio en las condiciones climáticas no afecta solamente al sector primario, debido a que los fenómenos atmosféricos extremos causan daños en la industria, construcción e infraestructuras.

Europa ha sido escenario de sucesos catastróficos desde 1980 atribuibles a condiciones meteorológicas y climáticas extremas como tormentas, riadas, olas de calor y sequías. El estudio realizado por la Agencia Europea de Medio Ambiente recoge que «en todos estos años las pérdidas económicas han ido aumentando, dado que las catástrofes son más fuertes y frecuentes. Se prevé que el cambio climático acelere y agrave este tipo de catástrofes y sus consecuentes daños».

Problemas de salud

Diversos estudios han demostrado que las altas y bajas temperaturas afectan a la salud y el bienestar de las personas. En los últimos años han aumentado los casos de golpes de calor, síncopes y calambres tratados en los servicios de urgencia, así como las muertes de personas con enfermedades cardiovasculares y respiratorias durante las olas de calor. El peligro aumenta cuando a la ola de calor se le suma la polución atmosférica.

Por todo ello, el informe de los expertos europeos asegura que «los servicios de emergencia deben mejorar para aminorar los impactos». Una de las épocas más duras fue julio de 1975, cuando una ola de calor provocó un aumento del 15% del número de defunciones en el área de Londres. Atenas también sufrió los rigores del calor en julio de 1987, donde fallecieron 2.000 personas a consecuencia directa de las altas temperaturas.

Ola de calor grave en 2003

El año pasado fueron 20.000 los fallecidos en los estados español y francés, Italia y Portugal, afectando especialmente a la población de mayor edad, «lo que demostró que varios países no se encuentran preparados para hacer frente a las olas de calor», en palabras de los expertos. Además, las catástrofes causan traumas entre las personas que las sufren, así como a sus amigos y familiares, e incluso el cambio de lugar de vivienda puede causar problemas sicológicos. Sin embargo, las actuales olas de calor están aportando información valiosa para predecir cuándo van a darse épocas de mucho calor. Por lo tanto, los datos que ahora recopilen los centros de climatología servirán para poder afrontar mejor las olas que, parece ser, aumentarán en cantidad en el futuro. De hecho, las previsiones apuntan que el número de fallecimientos puede aumentar de cara al año 2050. La tendencia actual es que aumente el número de víctimas en verano y disminuya las de invierno. Los expertos explican que un pequeño cambio en la media de la temperatura puede suponer un aumento significativo en el número de olas de calor.

Los nuevos modelos

Por otro lado, los climatólogos todavía no pueden conocer con certeza la magnitud que el cambio climático tendrá en el futuro, ya que el conocimiento científico sobre algunos procesos climáticos es incompleto y el desarrollo socio-económico futuro, el cual determina la emisión de gases de efecto invernadero, es un misterio.

De todos modos, los científicos confían en que los nuevos modelos climáticos sean herramientas eficaces para prever las futuras condiciones del planeta. De acuerdo con estos modelos, la temperatura media de la superficie terrestre aumentará entre 1,4 y 5,8ºC respecto al nivel de 1990, la década más calurosa del siglo XX. Aun así, podrían darse fenómenos no-lineales o poco probables que pudieran influir considerablemente en el proceso de calenta- miento y, por lo tanto, echar por la borda todas las previsiones.

Uno de ellos es la posible desaparición de la Corriente del Atlántico Norte (también denominado erróneamente «Gulf Stream»), lo que conllevaría un considerable enfriamiento del norte y oeste de Europa. El efecto contrario lo provocaría una emisión de grandes cantidades de metano proveniente de gases naturales de océanos, lagos profundos y sedimentos polares. Otro fenómeno no-lineal sería el deshielo de Groenlandia (perteneciente a Dinamarca) y la disgregación de una parte del Artico oeste, que llevarían consigo un aumento del nivel de los mares que bañan las costas europeas en varios metros. Todos ellos son fenómenos poco probables, pero los científicos no los descartan.

Kioto, esfuerzo insuficiente

Las Naciones Unidas crearon en 1992 la Convención Marco sobre el Cambio Climático (UNFCCC) y dos años después entró en vigor la propia convención. Su principal objetivo es «la estabilización de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que no afecte al sistema climático». El texto de la convención no concreta el tiempo necesario para conseguir dicho nivel: «debería ser el suficiente para que los ecosistemas se adaptasen al cambio climático. De este modo, los alimentos no se verían amenazados y la economía podría desarrollarse de una manera sostenible». Alrededor de 175 estados ratificaron a finales del pasado siglo el acuerdo y la Unión Europea afirmó que hacer frente al cambio climático es una clave para posibilitar el desarrollo sostenible.

El Protocolo de Kioto, acordado en 1997, se erigió como un nuevo esfuerzo para limitar el cambio climático y sus impactos, fijando límites cuantitativos para seis tipos de gases de efecto invernadero. Concretamente, según el acuerdo, los estados ricos deberían reducir un 5% la emisión de estos gases contaminantes para 2008-2015. El texto recoge facilidades para que estos estados ricos puedan firmar acuerdos con estados pobres de cara a cumplir lo firmado.

En cambio, los acuerdos de Kioto no están todavía en vigor ya que los estados que lo firmaron no están cumpliendo los pasos necesarios para que se haga efectivo. Además, Estados Unidos y Australia ya han declarado que no quieren ratificar el Protocolo de Kioto.

Las intenciones de la UE

Aunque Kioto no esté dando los frutos deseados, la Unión Europea y varios estados han mostrado su esperanza «de ver la reducción de gases de efectos invernadero». Con ese objetivo, la UE ha fijado un objetivo a largo plazo para que la temperatura media en las tierras europeas no sobrepase los 2ºC con respecto a la media preindustrial y para que el nivel de dióxido de carbono se mantenga en 550 partículas por millón.

El Consejo Consultivo sobre el Cambio Climático de Alemania ha propuesto recientemente que la concentración de CO2 no sobrepase las 450 partículas, después de realizar una exhaustiva evaluación en el año 2003 sobre los efectos que causa el cambio climático en los ecosistemas naturales.

DONOSTIA

La temperatura de la Tierra y la europea han subido varios grados centígrados estos últimos años y los estudios prevén que continúe esta tendencia. Así, se estima que la temperatura subirá en Europa entre 1,4 y 5,8ºC y entre 2 y 6,3ºC en la Tierra para 2100.

Asimismo, las precipitaciones de lluvia se han reducido considerablemente en el Viejo Continente, en especial en las zonas sur y sureste. Los expertos en climatología prevén que esta tendencia a la baja se prolongará durante los próximos años y décadas.

La única zona que se ha salvado de esta tendencia es la zona central y septentrional de Europa, donde curiosamente ha llovido más que en épocas pasadas. Los expertos piden algunos años para poder asegurar si esta tendencia tendrá continuidad o si se trata tan sólo de una fase excepcional.

El oeste de los Pirineos

Los mapas del informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente muestran que las temperaturas medias de todas las regiones europeas aumentarán entre 1ºC y 4ºC . Cuanto más al sur, el cambio de temperatura será mayor, como en la ribera mediterránea y Portugal, mientras que en zonas como el norte de Escocia o Islandia el termómetro subirá una media de 1,4ºC.

Entre las zonas que mayor cambio sufrirán se encuentra la Península Ibérica y la zona oeste de los Pirineos. Y es que, de no tomarse medidas eficaces para mitigar el efecto invernadero, Euskal Herria tendrá que soportar temperaturas 3,9 o 4ºC más altas que las actuales, según las mismas previsiones.

DONOSTIA

El recién publicado informe «Impactos del cambio climático en Europa» explica que el torrente de los ríos de toda Europa ha cambiado en las últimas décadas. En algunas regiones el torrente ha aumentado y en otras, por el contrario, ha disminuido considerablemente. Los expertos prevén que la cantidad de agua que lleven los ríos del sur y sureste de Europa decrecerá claramente, en torno al 50% para el año 2070, mientras las corrientes fluviales del norte y noreste aumentarán de tamaño más del 50% para el mismo año.

Algunos de estos cambios son achacables al aumento o disminución de lluvias. Pero las precipitaciones no suponen el único factor que incide en el torrente, ya que las altas temperaturas producen el deshielo en zonas montañosas y norteñas. La cantidad de agua que llevan los ríos es un indicador fundamental para conocer la cantidad de agua disponible tanto para el consumo doméstico como para su uso agrícola e industrial en todos los estados de Europa.



INforme basado en datos e informaciones registradas

G.L.

DONOSTIA

El informe realizado por la Agencia Europea del Medio Ambiente tiene como base datos y resultados de estudios publicados para evaluar el pasado y futuro cambio climático y sus impactos. Estas informaciones constituyen una sólida fuente para describir condiciones y tendencias climáticas pasadas, tanto las que se pueden medir de una forma fiable (por ejemplo, la temperatura), como las que son más difíciles para medir (cantidad de carbono). Las informaciones utilizadas por la Agencia las han hecho públicas reciéntemente organizaciones tales como la Organización Mundial de la Meteorología o la Organización Mundial de la Salud.

¿Pero cómo realizar previsiones fiables sobre escenarios futuros que no conocemos? Los modelos que utilizan los climatólogos para reproducir posibles condiciones climatológicas futuras son formulaciones matemáticas basadas en los conocimientos científicos sobre los mecanismos del cambio climático y los impactos que traen consigo.
Mira també:
http://www.gara.net

This work is in the public domain

Comentaris

Re: [ECO] Expertos aseguran que las actividades humanas están cambiando el clima
28 ago 2004
Pero los humanos somos tan absurdos, que en lugar de cuidar el clima preferimos joderlo y después habituarnos a él...por ejemplo...inventamos el Aire Acondicionado...ahora hasta incluso he leído, que los fabrican en Camisetas!!!
Que absurdos...nos espera un futuro como en las pelis?Todos con trajes contra la radiación, preparados para soportar temperaturas extremas de caolor i frio...
CIENCIA FICCION O REALIDAD?
Salut Revolució i visca el VANO(abanico)!!!
Sindicato Sindicat