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La utopía puesta en práctica
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per Apache |
20 jul 2004
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Hay que mirar hacia atrás para andar hacia delante. Artículo de la redacción del periódico 'CNT' en recuerdo de la revolución española de 1936. |
Este mes se cumplen los 68 años de una gesta que la historiografía oficial ha relegado al baúl de lo políticamente incómodo. Nos referimos a la Revolución Social Española, respuesta de la clase tra-bajadora al alzamiento fascista de 1936, en la que obreros y obreras, campesinos y campesinas, madres y amas de casa, se enfrentaron a la bota fascista, consiguieron armas como pudieron, asaltaron cuarteles y tomaron fábricas de las que los patronos habían huido, relegando a un segundo término a unos gobiernos, centrales y autonómicos, ilustrados pero débiles, que no sabían cómo hacer frente a los militares.
Sin el esfuerzo y la sangre de tantos hombres y mujeres del pueblo, la asonada militar se hubiera limitado a un paseo aplaudido por falangistas, carlistas y arzobispos.En esas semanas posteriores al 18 de julio se colectivizaron y socializaron numerosas fábricas, empresas y servicios públicos en ciudades, en el campo se crearon cooperativas suprimiendo la propiedad privada de los medios de producción. En unos pocos días los trabajadores pasaron a organizar la economía del país. En la industria catalana los sindicatos de la CNT se hicieron con las fábricas textiles, organizaron los tranvías y los autobuses de Barcelona, implantaron colectividades en la pesca, en la industria del calzado e incluso en los pequeños comercios. En pocos días el 70% de las empresas había pasado a ser propiedad de los trabajadores en aquella Catalunya que concentraba, por sí sola, dos tercios de la industria del país.
La Revolución Española no fue un camino de rosas ni la construcción de un paraíso idílico; la sangre obrera vertida, las cruentas batallas, el esfuerzo sobrehumano para que la producción fuera suficiente para todos y permitiera seguir en la lucha, la pérdida de seres queridos y el temor a los bombardeos, la lucha interna en la zona republicana que obligaba a los anarquistas a actos contrarios a su ideología como formar parte del gobierno o intolerables e injustificables crímenes cometidos por algunos pistoleros que se hacían llamar anarquistas (siempre muy lejos de las matanzas metódicas y sistemáticas del bando fascista, como la perpetrada en la plaza de toros de Badajoz o el bombardeo nazi de Guernica, que se harían tristemente habituales con el avance fascista), son ejemplos de ello.
La Revolución Española estuvo llena de dolor,dudas y quivocaciones, pero fue, como bien dice Orwell en su Homenaje a Cataluña: "Una experiencia que merecía la pena ser vivida.". Un campo donde experimentar formas de organización social mucho más humanas y antiautoritarias, la asamblea como instrumento esencial para organi- zar los consejos obreros y las tareas de producción, incluso en las milicias que a menudo se basaban en la autodisciplina como forma alternativa a la habitual jerarquía militar; se abrieron las cárceles, y las mujeres lograron avanzar a pasos agigantados en la lucha por la igualdad... avances sociales que, después de su estrangulamiento, no han vuelto a alcanzarse hoy en día. Una revolución que, pese a sus contradicciones, nunca se alejó del ideario anarquista, pues siempre se mantuvo en esencia contra toda jerarquía y vino a ser suprimida precisamente por un poder que, llamándose obrero, tenía su fuente en una de las dictaduras más terribles de la historia, la de Stalin.
Poco proclives a la corrección política, los anarcosindicalistas recordamos hoy a los protagonistas de aquella gesta, a los todavía vivos y los que hace tiempo nos dejaron, gentes que, en definitiva, pusieron en pie el milagro de la utopía. |
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Re: La utopía puesta en práctica
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per Ambrosio |
20 jul 2004
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No dice nada de la participación anarcosindicalista en los gobiernos de Cataluña y de la República. Extraño. |
Re: La utopía puesta en práctica
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per kiko |
20 jul 2004
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Antes de criticar con frases hechas, lee (sabes leer o solo obedecer?) las lineas 23, 24 y 25 (sabes contar?) Si no sabes leer, no tiene nada de extraño que no lo leas. |