Desde hace algunos meses, la Universidade de Santiago de Compostela (USC) vive una situación económica grave. Es cierto que también otras universidades del Estado español se encuentran en la misma tesitura, recordemos la Universidad Complutense, y es posible que en los meses venideros salten a las páginas de la prensa y de esta misma publicación nuevas informaciones sobre el estado calamitoso de las arcas universitarias.
Apuntamos que la Universidad de Salamanca podría fácilmente verse en las mismas, toda vez que el anterior Rector, no el actual, tuvo a bien gastar el dinero público con alegría; incluso en un viaje oficial a un país sudamericano llevó consigo una cohorte de algo más de veinte personas, todas con los gastos pagados y la Visa Oro abierta en canal.

Volvamos a la USC: el “Consello de Governo� de la USC aprobó un Plan de Equilibrio Económico-Financiero para tratar de equilibrar su presupuesto que alcanzaría hasta el año 2006 y en el que, entre otras medidas, incluye una reducción anual del 1% en el Capítulo I de los presupuestos, o sea, los gastos destinados a personal. El Claustro de la USC aprobó la creación de una mesa de negociación para estudiar cómo se puede aplicar esa reducción que lleva funcionando desde el mes de abril sin que alcanzaran acuerdos que satisfagan a las partes, patronal y sindicatos. Este año 2004 corresponde ahorrar en el Capítulo I 1,11 millones de euros, una pasta que, pese a las informaciones trasmitidas por la Gerencia a través del sindicato patronal CC.OO., que niegan la posibilidad de que se produzca algún despido, implicará la no renovación de contratos en la plantilla del Personal de Administración y Sevicios (PAS) y en la de profesorado.
En el PAS ya se han producido no renovaciones de contratos, vulgo despidos, y los burócratas de CC.OO. tuvieron que aguantar que un trabajador despedido se lo dijera en la cara durante una asamblea. Los de CC.OO. le prometieron que “iban a arreglar lo suyo�, demostrando así que la práctica caciquil no es exclusiva en Galiza del Partido Popular.

¿Por qué se ha llegado a esta situación? Parece que la explicación más lógica reside en una pésima gestión por parte del equipo rectoral anterior que:

1. No supo hacer la cuenta por todo quisque sabida y que significaba el descenso del número de alumnos y alumnas matriculadas y, por lo tanto, menores ingresos por matrícula y menores ingresos por parte de la Xunta de Galiza de Manolo Fraga. Ellos pasaron de todo, hicieron previsones de ingresos falsas, gastaron como si lo tuvieran en caja... y el que venga detrás que apenque.

2. Se lanzó a un dispendio propio de mandarines chinos. No contento el anterior Rector con tener a su disposición todos los restaurantes caros de Compostela, se hizo construir un comedor para autoridades embellecido con lujosas maderas de importación, una vajilla especialmente diseñada para la ocasión así como una cristalería y su correspondiente cubertería. Las sillas y mesas, el recopón divino. Algunas personas dicen que este tipo de gastos es tan sólo “el chocolate del loro�, pero hemos preguntado por el citado animal y nadie nos lo ha presentado ni han sabido decirnos dónde vive, porque queríamos una explicación sobre este asunto.
Estamos hablando de varias decenas de millones de pesetas sólo en este capítulo de estancias gastronómicas. Aparte hay que sumar el catering y el precio de cada cubierto cuando papean en el reservado las autoridades académicas y el loro acompañado de su salvaje familia.

3. La inauguración de un edificio para recibir a los profesores visitantes, llamada “Casa de Europa�, rodeada de un soberano jardín diseñado por un especialista japonés que se acerca de cuando en vez a Compostela, con todos los gastos pagados, para seguir de cerca la evolución de árboles y hierbas, ha supuesto un sangría para la USC, toda vez que los enormes gastos de mantenimiento recaen sobre las arcas universitarias y hubiera resultado más barato alojar a los profesores visitantes en cualquier hotel de cinco estrellas.

4. El llamado Plan de Ahorro Energético de la USC es otra de las medallas que se puede colgar el anterior equipo rectoral. Resulta que la USC iba no sólo a ahorrar poniendo a gas todo su sistema eléctrico y de calefacción, sino que iba a generar incluso excedentes eléctricos que vendería a la Red Eléctrica Española. En mala hora se les ocurrió esta operación porque al final no hubo nada, atención, NADA DE NADA, y se reconoció un desfase contable de trescientos y algo millones de pesetas, aunque las lenguas universitarias hablan y no paran de un agujero de entre 800 y 1000 millones de pesetas.

En resumidas cuentas, los paletos del anterior equipo rectoral se han lucido, y eso que contaron con unas aportaciones dinerarias de tipo extraordinario, como fue la venta de los solares del antiguo Hospital Xeral y de la Escola de Enfermería, cientos de millones que han entrado en caja -¿entraron realmente?- y que se han evaporado. Hablamos de varios cientos de millones de pesetas, seguramente de varios miles. ¿Qué ha pasado aquí? No se sabe, no se sabe nada, porque el actual equipo rectoral ha declarado que no quiere mirar atrás y que el futuro es lo que importa, como si esto fuera una película del oeste.

La sección sindical de la CNT ha elaborado su propia alternativa. La USC tiene presupuestado este año 1.257.508 euros para el pago de retribuciones complementarias por el desempeño de cargos académicos, labor ardua que lleva aparejada también una reducción de la carga docente (clases, en cristiano) que en algunos casos llega al 100%, es decir, no imparten ninguna. Esta cantidad supera ya el ahorro decretado para el PAS. También se podría ahorrar un poquito en los sueldos de “alta dirección� que tiene la USC y que serían, entre otros, el gerente, la gerenta adjunta, el secretario del Consello Social, el director de la División de Transferencia Tecnológica y el director del área de tecnologías de la información y comunicación, que entre todos se llevan la bonita cantidad de casi 50 millones de pesetas, 288.665 euros para ser exactos. Pensemos en la distancia contable que separa a estos altos cargos de un profesor asociado T3P3, que cobra 350 euros al mes, o un T3P6, que cobra algo menos del doble de 350 euros.

También se podría ahorrar en los 142.770 euros que la USC tiene destinados a “incentivos al rendimiento� o en los 165.530 euros presupuestados para cursos de formación del PAS. Cualquier opción es mejor que despedir profesores asociados, prejubilar a catedráticos, no renovar contratos en la platilla del PAS o no cubrir las vacantes que se produzcan. Naturalmente, la alternativa propugnada por la CNT no ha tenido eco en los salones universitarios pero ha cuajado entre el personal de la USC que ha montado una “Coordenadora Sindical� en la que participan la CNT y el sindicato CIG, cuya última demostración de fuerza ha sido la convocatoria de huelga general en la USC que se celebró con éxito el pasado mes de junio, logrando paralizar el 80% de los servicios universitarios y reunir en una manifestación vespertina a más de 500 personas.

Seguramente, esta actividad sindical les parece poco o nada a los sempiternos grupos que tan sólo saben hablar mal de la CNT y de su escasa presencia sindical, ya no tan escasa, presentando siempre cualquier lucha cenetista como “pequeño burguesa�, “no radical�, etc. De momento, la CNT es lo único que crece en el panorama del anarcosindicalismo gallego y en concreto se asienta de manera definitiva en el sistema universitario gallego con unos métodos de lucha sindical que comienzan a dar sus frutos en esta y otras esferas laborales. Ladran, luego cabalgamos.